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Personas, casos y cosas de ayer y de hoy

Otros libros dedicados por autores gallegos

Aun limitándome a varear los libros con dedicatoria de autor que se alojan en mi biblioteca, el fruto es jactancioso. Es la lógica consecuencia de mi temprana afición por la bibliofilia, los muchos años transcurridos desde que inicié esta particular dedicación y mi especial apego, entre otros coleccionismos, por los libros dedicados. Circunstancias ya invocadas en sueltos anteriores, tales como herencia, generosidad de familiares, amigos y pacientes, y mi experiencia en la búsqueda en las librerías de lance, me han facilitado su recopilación. Abrir un libro y encontrarme con una dedicatoria autografiada a su antiguo propietario o conseguir que en un nuevo ejemplar el autor tenga a bien brindármela directamente a mí, me produce suma complacencia. Admirar la letra firme y clara de algunos autores, descifrar los garrapatos de otros escritores, resolver una abreviatura y, a través del carácter de las letras, tratar de adivinar la fisonomía espiritual de quienes la trazaron, es para mí un atractivo entretenimiento. Sería una osadía la pretensión de organizar un archivo de dedicatorias de libros. No sé si alguien lo ha intentado, mas la tentativa sería imposible por su infinito número y variada especie, ni siquiera un tanteo o una muestra podría llevarse a cabo. Lo único factible es esto que vengo haciendo en alguno de estos artículos: rescatar alguna dedicatoria dormida en las páginas de mis libros, por lo que pueda tener de curiosidad o sustancia para ustedes mis lectores.

En el último suelto en Faro de Vigo (20.05.2018) me refería a los libros heredados por mi mujer Georgina Torres Bescansa. Aportemos alguno más y otros.

Ramón Cabanillas (Cambados. 1876 - 1959), de cuya estrecha relación amical con Isidoro Millán Mariño y sus hijos Isidoro y Choni ya les hablé. Les recuerdo que Choni Millán y su marido, Jorge Bescansa, fueron los padrinos de bautismo de mi mujer. Pues bien, otro ejemplar del libro Antífona da Cantiga (1951), primera edición y primer libro de editorial "Galaxia" que se guarda en nuestra biblioteca, ostenta una dedicatoria de Cabanillas y Millán hijo a otro tío de mi mujer, Pablo Bescansa, en su día bienquisto abogado vigués.

Felipe Ramón Cordero Carrete (Redondela, 1895 - Santiago de Compostela, 1988) obró de profesor de inglés y fue infatigable estudioso de la cultura gallega. Ejerció, entre otros, de Director de la Residencia de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), miembro y secretario del Seminario de Estudios Gallegos y del Instituto Padre Sarmiento, y promotor y gerente de la Editorial de los Bibliófilos Gallegos. Asimismo, fue autor de una copiosa e interesante obra investigadora y cultural.

Entre su amplio círculo de relaciones, le unió una íntima amistad con el farmacéutico santiagués Ricardo Bescansa (el abuelo de Georgina, mi mujer). Desde que me casé en 1970, a él y a su mujer, Maruja, los recuerdo participando en todas las fiestas de la familia Bescansa. Alguno de sus trabajos publicados, con dedicatoria autógrafa, se guardan en nuestra biblioteca. Citaré cuatro: Galtier Gifart peregrino a Compostela en el siglo XI (1945), Don Andrés de Losada y Sotomayor (1707-1790), Alguacil Mayor de la Ciudad y Arzobispado de Santiago (1946), Un soneto del cura de Fruime en el dorso de un relieve (1948) y Veneras y cruces de Santiago en la heráldica inglesa (1951). Algunas de sus dedicatorias se reproducen en este suelto.

Andrés Torres Queiruga (Aguiño, A Coruña, 1940) es un sacerdote, filósofo y teólogo, miembro de la Real Academia Galega y fundador y director de la revista Encrucillada. Revista Galega de Pensamento Cristián. Recibió muchos premios y distinciones y es autor de una extensa obra, entre las que figura Teoloxía e Sociedade (1974), uno de cuyos ejemplares dedicó a Jorge Bescansa con estas palabras: "A D. Jorge Bescansa, encontro fortuito pero fondo e cordial. Con respetuoso afecto. El Autor. En Santiago, 9.7.76". Ignoro si hubo más concurrencias.

Eugenio Fernández Granell (A Coruña, 1912-Madrid, 2001) fue un importante escritor, poeta, músico y pintor surrealista español. Vivió la mayor parte de su infancia en Santiago de Compostela, ciudad que le marcó toda su obra, así como en Madrid, donde estudió violín en la Escuela Superior de Música. Al estallar la guerra civil española, en 1936, se unió a las milicias republicanas y dirigió el periódico El combatiente rojo, La Batalla y la Nueva Era. En 1939 se exilió y pasó por Francia, República Dominicana, Guatemala y Nueva York, a lo que se vio obligado por su situación política. María Zambrano lo catalogó como "maestro de la dispersión y el derroche". En 1985 regresó a España. Desde 1995 se estableció el Museo-Fundación Eugenio Granell en el Pazo de Bendaña de Santiago de Compostela. Es el único museo dedicado enteramente al surrealismo y donde se guardan más de 600 de sus obras. El artista nunca olvidó a sus amigos compostelanos, entre los que estaba Pablo Bescansa, con el que cruzó correspondencia -de la que no tengo información y desconozco si se conserva- y al que también le unió su afición por el violín. Testimonios fotográficos de esa amistad pueden contemplarse en la exposición que, con el nombre Granell, principios años 20, se exhibe actualmente en su museo compostelano de la plaza do Toural. En nuestra biblioteca conservamos un volumen de sus cuentos, Federica no era tonta y otros cuentos, con dedicatoria autógrafa a Pablo Bescansa, en 1970, desde Nueva York.

Y no son estos, ni mucho menos, los únicos libros heredados con dedicatoria, mas para hacer liviana la lectura de hoy, cambiaré de tercio sin dejar a los autores gallegos, con la promesa de volver a los libros que pertenecieron a nuestros antepasados.

Eduardo Blanco Amor (Ourense, 1897 - Vigo, 1979). No daré ningún dato biográfico de este gran escritor ourensano, estudiado exhaustivamente en muchos trabajos y sobre el que hay expertos reconocidos en Galicia. Simplemente como colofón de mi artículo de hoy quiero aportar dos ejemplares autografiados de sus dos primeros libros editados en español, ambos en Buenos Aires. El primero es Horizonte Evadido. (Buenos Aires: Viau y Zona Ed.; 1936), en que parte de la dedicatoria aparece inutilizada por la etiqueta de la Biblioteca de "La Razón"; no obstante puede leerse: "A Payón con el mayor afecto y admiración de Blanco Amor, 3.8.36". Apunto si Payón sería un famoso actor bonaerense, los estudiosos sabrán. El segundo libro es En soledad amena (Buenos Aires: Emecé Ed; 1942), en el cual la dedicatoria se limita a una simple firma del autor, fechada en Buenos Aires en 1943. El tomo tiene unos impactantes dibujos de Ramón Pontones Hidalgo, exiliado republicano, en 1939, en el buque Mazzilia, que cubría la ruta regular Burdeos-Buenos Aires.

Roxelio Lois Estévez (Pontevedra, 1842-1905). Aunque trabajó como oficial del Ayuntamiento de Pontevedra, fue un buen poeta en castellano y en gallego, escribió pequeñas obras teatrales y ejerció como periodista. Colaboró en La Opinión, El Diario, Galicia Cómica, El Ángel del Hogar y fue director de O Galiciano en su segunda etapa, en 1888. Creó en 1890 la Asociación protectora de la clase obrera, cuyo órgano de prensa fue El Obrero. Sus obras, debido a lo limitado de sus tiradas y modo de difusión, son difíciles de conseguir. Una de ellas, Estrugas (Pontevedra: Tipografía de la V. de J.A. Antunez; 1894 -con el subtítulo Libros de versos en gallego que el autor ten á honra de adicare a Laureada Sociedá Coral "A Oliva" de Vigo -, no aparece colacionada por Palau. En 2003 conseguí adquirir un ejemplar en Gerona, en la desaparecida Librería Ultonia, la cual tiene una extensa dedicatoria autógrafa, cuyo texto es: "Al distinguido gallego Sr. D. Waldo Álvarez Insúa. El que como V. sabrá servir y enaltecer a la pequeña Patria, no solo con el talento sino también con su energía, es digno de la consideración de sus compatriotas, y yo que soy uno de los más entusiastas, si bien el más humilde de todos ellos, me honro en esta ocasión tributarle a V. esta modesta prueba de consideración y respeto, rogándole se digne aceptar este ejemplar por las razones expuestas, y como recuerdo cariñoso de esta tan hermosa tierra. El autor. Pontevedra, 2 de noviembre de 1894". Waldo Álvarez Insúa (Estrada, 1856-Madrid, 1938), fue abogado, relevante escritor y periodista muy activo. Con tan sólo catorce años colaboró con el diario Heraldo Gallego, que dirigía en Ourense Valentín Lamas Carvajal. Asimismo, en 1873 publicó algunos poemas en la Revista Galaica, medio que dirigía Benito Vicetto en Ferrol. Ahora bien, sus artículos más comprometidos vieron la luz en el periódico compostelano Gaceta de Galicia, trabajos en los que denunciaba el sistema político de la Restauración Borbónica, lo que le creó dificultades y por lo que emigró a Cuba, convirtiéndose en uno de los periodistas más emblemáticos de la emigración gallega en América. Allí fue valedor del regionalismo gallego en Cuba, donde fundó el semanario El Eco de Galicia e impulsó la creación del Teatro Tacón, que se convertiría en Centro Gallego da Habana. No por ello dejó de creer en la españolidad de la Isla; de hecho, la pérdida de la colonia después de la guerra con los Estados Unidos significó el fin de la presencia de Álvarez Insúa en Cuba y su retorno a España en 1899.

Y esto es todo por hoy. Les daré un lógico descanso con cambio de tema en la próxima aportación, pero volveré sobre él en otros artículos dominicales, al entender que los libros dedicados están llenos de curiosidades.

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