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De la escuela de esgrima al Orfeón Pontevedrés

La Sociedad Liceo Gimnasio se caracterizó a lo largo de toda su existencia como lugar de cálida y franca acogida, no solo para el nacimiento sino también para el desarrollo de proyectos muy dispares: desde la puesta en marcha de una Escuela de Esgrima (1897), que fue el primero, hasta la fundación del Orfeón Pontevedrés (1915), que fue el último, pasando por el Pontevedra Sporting Club (1906), primer equipo de fútbol propiamente dicho que tuvo esta ciudad.

La Escuela de Esgrima formaba parte de sus objetivos fundacionales, junto con las regatas y el tiro al blanco, dentro de la vertiente dedicada a la instrucción y el desarrollo corporal. Luego estaba la otra parte centrada en el recreo y la fiesta.

Al frente de aquella práctica deportiva estuvo el famoso Attilio Pontanari y Prudencio Landín, Gerardo Santos, Víctor Said Armesto, Eladio Portela, Carlos Sanmartín, Timoteo Gay, Luís Diez, Emilio Molina y Ramón Galup, compusieron aquel selecto grupo que terminó el primer curso a mediados de 1897.

Tras finalizar las clases con buen aprovechamiento, organizaron un banquete en el jardín botánico del Instituto Provincial, puesto que la Sociedad Liceo Gimnasio todavía no disponía de su elegante sede social. La revista Galicia Moderna, que dirigía Labarta Pose, plasmó la efemérides con un reportaje fotográfico de Juan Caramés sobre los espadachines pioneros.

El Pontevedra Sporting Club nació como una sección de la propia Sociedad Liceo Gimnasio en los primeros días de 1906, es decir la edad remota del fútbol pontevedrés, con César García Solís, Vicente Vázquez Lescaille, Timoteo Gay, Heriberto Fernández y unos cuantos jóvenes de buenas familias. Esa historia acaba de recogerla Leoncio Feijóo en un entrañable libro repleto de nostálgicos recuerdos futboleros.

A mediados de 1915, la sede institucional a orillas del Lérez acogió la reunión fundacional del Orfeón Pontevedrés, como resultado de la fusión de integrantes de la Coral Colón y la Sociedad Artística Musical. La formación de una masa coral muy competitiva y bien organizada constituyó su principal objetivo.

Carlos Gastañaduy, Joaquín Pintos, Juan Sesto, Francisco Mauricio, Ramón Poza, Víctor C. Mercadillo, Eugenio Urtaza, Timoteo Gay, José E. Paz Vidal, Francisco Lusquiños, etcétera. En total, unas ochenta voces, entre barítonos, tenores y bajos, se unieron en aquel colectivo bajo la dirección del maestro Juan Serrano e iniciaron sus ensayos en los bajos de la propia Sociedad Liceo Gimnasio.

La nueva coral debutó en el Teatro-Circo de Las Palmeras dos meses después de su creación con el programa preparado para concursar en un certamen organizado en Vigo unos días más tarde. La Primavera y La Viguesa, composición está última de Prudencio Piñeiro, fueron las piezas interpretadas.

El resultado obtenido no estuvo nada mal, teniendo en cuenta su escaso bagaje, puesto que lograron un segundo puesto ex aequo con la Unión Orensana, que llevó consigo una gratificación de 500 pesetas y diploma.

El Orfeón Pontevedrés resultó la última iniciativa promovida al amparo y calor de la Sociedad Liceo Gimnasio.

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