Hay veces en que la realidad no solo supera la ficción, sino que da la vuelta a ese orden y convierte la segunda en la primera. En ocasiones la ficción es pesadilla, y hasta aparente malevolencia: si no, resulta inexplicable la decisión del nuevo Fomento de excluir el Noroeste de los fondos europeos destinados a mejorar el corredor de transporte de mercancías de España al extranjero. Y como da la casualidad de que el programa de la UE se bautizó "conectar Europa" , existe pleno derecho a pensar que De la Serna considera parte de la península no lo bastante digna de esa conexión, por increíble que parezca.
Las consecuencias de semejante barbaridad -que es la segunda que comete sin razón ni motivo el ex-alcalde de Santander contra los intereses de Galicia- están por ver, pero sin duda afectarán de lleno a sectores claves de este antiguo Reino, como, por ejemplo, los comerciales, industriales, agrícolas, lácteos y, en definitiva, a la práctica totalidad de la vida económica del país en materia de transportes y conexión con el resto de Europa. Y no conviene olvidar a los Puertos, que significan para el noroeste unas de las herramientas más importantes para consolidar su futuro. Además, claro, de no olvidar que ya existe una "autopista del mar" que, por lo visto, el señor ministro no conoce.
Lo peor de las patadas que De la Serna propina al paisaje y al paisanaje de aquí es el aparente desprecio comparativo en que cae siempre que debe escoger entre las prioridades del levante y el poniente. Y aunque es verdad que aquel, como buen heredero de los fenicios, sabe manejar los negocios mejor que este, hay cosas que no se deben hacer solo con eses criterio: de lo contrario y mientras siga de ministro este que hay ahora, que Dios ampare a los habitantes olvidados.
Hilando fino, se podría anotar - en opinión personal de quien esto escribe- cabría aún una reflexión más negativa. En síntesis, se trata de la aparente escasa reacción de quienes primero habían solicitado el corredor, que eran los empresarios gallegos, se supone que respaldados por la Xunta como también los asturianos, cántabros y leoneses por sus respectivos gobiernos. Pero como los que aquí ocupan, como es lógico, la primera atención, es preciso lamentar su aparente tibieza en la respuesta a esas patadas sucesivas que la nueva Administración les atiza en cuanto tiene ocasión. Es cierto que la negativa de Fomento a los fondos Europeos se conoció en fin de semana, y ya se sabe que, legítimamente, bastantes patronos galaicos y norteños dedican el week end al merecido descanso, pero olvidan que a camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Quizá por eso les pasa lo que les pasa.
En todo caso, y dado que los milagros solo surgen de forma muy escasa y a los que creen en ellos, habrá que esperar a que la Xunta, en el caso de aquí, asuma la defensa de los intereses generales y también de los particulares cuyos titulares no tienen lo que hay que tener para hacerlo ellos mismos. Es un mal tradicional, casi endémico, de este país, pero sería suicida esperar a que se cure por si mismo. Este gobierno autonómico, y este su presidente, tienen legitimidad democrática suficiente y coraje demostrado como para levantar la voz y decirle antes de que sea tarde, "basta ya" a De la Serna o a quien sea. Y debe saber que hay muchísimos gallegos dispuestos a formar tras ellos y apoyarles.
¿ Oh no?.
