La falta de rubor para alentar la no disciplina de voto socialista y para convocar reuniones de amigos no deja de asombrar. Hay amenazas infantiles en Moaña de concejales que quieren tirar el carné de Partido Socialista por no estar de acuerdo con la decisión de la gestora del comité federal del PSOE de abstenerse en segunda vuelta, lo que daría el gobierno al PP con Mariano Rajoy al frente. Contra esa decisión se rebelan y apelan a la democracia, a la militancia, a esa que escondieron las dimisiones que hubo en la ejecutiva local, a la que no se consultó tampoco para saber si quería que el PSOE de Moaña gobernara o no con que Bloque, a la que no se consultó los sueldos que debían de tener los concejales socialistas con dedicación exclusiva. Pero si se marchan del PSOE que dejen sus actas de concejales en la puerta. Ellos fueron elegidos en unas listas cerradas, no abiertas. Sus concejalías pertenece al partido, no son de su propiedad. Seguro que el PSOE de Moaña podrá reemplazarlos con garantías.
La abstención es una cuestión estratégica, que nada tiene que ver con la ideología. Ahora mismo, unas terceras elecciones provocarían un verdadero cataclismo en el PSOE y permitirían al PP gobernar con mayoría absoluta. El comité federal está evitando daños mayores. Oigo a portavoces de Podemos decir sin descomponerse que el PSOE impide un gobierno de izquierdas. Son universitarios, pero no saben de matemáticas.
