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la mirada

Al borde del desahucio

| La batalla de una guerra. Ferraz prohíbe convocar primarias y congreso al PSdeG, que lleva 8 meses con una dirección provisional. No sorprende la decisión. Javier Fernández no quiere más líos de los necesarios. El PSOE está abierto en canal, fracturado por una decisión histórica como es abstenerse para permitir que gobierne la derecha, y el presidente de la gestora quiere ir poco a poco. Primero un problema _decidir cuál es el mal menor para el PSOE, permitir que gobierne el PP o ir a unas terceras elecciones_ y después los siguientes, y la lista es larga. Así que elegir dirección en Galicia queda para más adelante. Además, ¿para qué convocar un congreso en Galicia, si no se vislumbra todavía una candidatura y además ganadora, y un congreso, más que coser el partido, verbo de moda ahora en el PSOE, puede en este momento ayudar a fracturarlo todavía más? Por ello, no sorprende la decisión de Ferraz, pero sí llama la atención el enroque de Pilar Cancela, que no de toda la comisión gestora del PSdeG, en reclamar primarias y congreso. Tuvo 8 meses para abrir el proceso de elección de una nueva dirección, tras la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro, y se pospuso por la inminencia de las elecciones autonómicas, y ¿es mejor momento ahora, que el PSOE está al borde del precipicio, que hace unos meses que había que preparar unos comicios? ¿Por qué el empeño en renovar dirección de Cancela, que continúa perdiendo apoyos en su bando, con silencios clamorosos, como el de Xoaquín Fernández Leiceaga, y deserciones como la de Julio Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña? Porque en Galicia se está librando una de las batallas de la guerra a nivel estatal del PSOE. Los fieles a Pedro Sánchez, con Pilar Cancela al frente, y José Ramón Gómez Besteiro, en la sombra moviendo los hilos, se revuelven, intentan resistir. Ayer mismo Cancela ponía en duda que Ferraz pudiese mermarle competencias. Intuyen la orden de desahucio que le asestará en un tiempo prudencial Ferraz a Cancela, y antes prefieren inmolarse en la bandera de la primarias, y así defender que ellos, que solo querían dar voz a la militancia, fueron víctimas como Pedro Sánchez de un golpe de Estado ejecutado en los despachos.

| La debilidad de unos, oportunidad del rival. El drama del PSdeG es que mientras no solucione sus líos internos, difícilmente se hablará de su proyecto para Galicia, y la crisis va para largo, pues aunque en el PSdeG todos dan por hecho que Cancela tiene los días contados, nadie acierta todavía a poner un nombre encima de la mesa que suscite consenso y pilote el partido hasta la celebración del congreso, que puede demorarse hasta la primavera del próximo año. La debilidad del socialismo gallego ya la intenta aprovechar En Marea, dispuesta a defender "con firmeza" los 17.000 votos de ventaja que le sacó al PSdeG el 25-S, para erigirse en la alternativa. También quiere sacar tajada a la más que posible abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy. Si los socialistas ayudan al PP a mantenerse otros cuatro años en Moncloa, Luís Villares y sus diputados presentarán al PSdeG como socio del PPdeG, lo empujarán hacia la derecha, y pretenderán ir a por todos y cada uno de sus votantes. Es su oportunidad para consolidarse como alternativa. El 25-S el título de líder de la oposición lo consiguieron con un suficiente raspado. Ahora, con el declive socialista, tienen una oportunidad de subir nota, ¿pero es compatible ir a por el espacio electoral del PSdeG con el radicalismo hacia el que parece regresar Podemos, bajo la batuta de Pablo Iglesias? ¿Pensará el exmagistrado Luís Villares que el boicot a Felipe González en la Universidad Autónoma de Madrid es una muestra de "salud democrática", como defendió Pablo Iglesias?

| Punto de apoyo. "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo", dijo Arquímedes de Siracusa, científico del mundo antigüo. Pues bien las mareas locales fueron el punto de apoyo sobre el que nació En Marea, que acaba de sentar a 14 diputados en O Hórreo. El proyecto que pilota Luís Villares quiere ahora volar solo y desligarse de los Gobiernos rupturistas de A Coruña, Ferrol y Santiago. Ha decidido "no entrar en exceso en las cuestiones municipales concretas y diferirlas al ámbito local". La explicación, que los gobiernos de cambio que tanta ilusión suscitan, pasan por horas bajas, muy especialmente en Ferrol. ¿Ya no suman votos?

| Nueva legislatura. Arrancó la X Legislatura con la petición del presidente del Parlamento, Miguel Santalices, a los diputados para que desarrollen su trabajo desde el "respeto institucional". El PP no debe confiar demasiado en que la oposición atienda los requerimientos de Santalices, y temiendo una legislatura bronca, como la ya finiquitada, ha colocado como viceportavoces del grupo parlamentario a dos de sus dirigentes más cañeros con la minoría: Miguel Tellado y Paula Prado. Pedro Puy como portavoz articulará el discurso ideológico del PPdeG, le dará coherencia y Tellado y Prado serán los azotes de la oposición. La constitución de la Mesa del Parlamento, con la elección de Diego Calvo como vicepresidente y Raquel Arias como secretaria, ofrece alguna pista de la renovación en la Xunta. Los dos eran delegados provinciales y no repetirán. Alberto Núñez Feijóo coloca a Arias, que intentó ser presidenta del PP de Lugo, en la Mesa del Parlamento y permite así a Elena Candia, la sucesora de Xosé Manuel Barreiro, consolidar su liderazgo en la provincia. Existe unanimidad en el PPdeG al interpretar así el nombramiento de Arias, pero no pasa así con la promoción del que fue presidente de la Diputación de A Coruña. Nadie duda de que es un premio a su trabajo como presidente del PP coruñés, pero para unos ya da el salto a la lista de posibles sucesores. La clave es que como número dos del Parlamento mantiene el acta, necesaria en caso de que se precipite la sucesión de Feijóo, y a la que habría de renunciar si repitiese como delegado de la Xunta. Otros son más cautos y creen que está por ver que los planes de Feijóo pasen por ahí. En todo caso, el PP de Ferrol puede presumir de tener un secretario general, Miguel Tellado, un vicepresidente del Parlamento, Diego Calvo, y seguramente un conselleiro, por José Manuel Rey Varela, con muchas bazas de repetir en la Xunta. ¿Y el PP de Vigo, cuando se culmine la remodelación del Ejecutivo autonómico, podrá sacar pecho y exhibir tantos galones?

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