Los signos de recuperación económica son todavía muy difusos pese al rastro positivo que el empleo ha dejado en la comarca de O Salnés este verano cuando el paro se quedó por debajo del listón de las 9.000 personas gracias al crecimiento del turismo. Pocos más vectores invitan al optimismo.
La impresión es compartida por patronal y sindicatos, cuyos graves silencios de los últimos años son inéquivocos de un túnel en el que nadie vislumbra ni una ténue luz, quizás en parte por la incertidumbre de casi un año de inestabilidad política y la posibilidad nada remota de que se convoquen unas terceras elecciones en España.
La comarca debería retomar la senda de la reindustrialización cuanto antes. No se puede permitir tanto desasosiego. Los arousanos son gente con iniciativa que no se pueden aletargar tanto tiempo porque en sus genes llevan otro ritmo. Hay que remontar el declive e impedir que los emprendedores sigan desmotivados por falta de apoyo institucional pues ellos son los que pueden reactivar el pulso económico de muchos sectores que hasta hace muy poco han sido pujantes.
No se puede consentir que la industria local se descapitalice más. Resulta triste ver cómo han acabado empresas familiares tan relevantes como la conservera Alfageme, la fábrica de Megasa o Lantero, por poner algunos ejemplos de industrias que han tenido un fortísimo relieve industrial, pero que a la vez eran sinónimo y representaban un sentimiento auténtico por la tierra propia. Eran empresas que tenían esa querencia por sus paisanos, ese compromiso por la ciudad, aquel sentido de prosperidad que tanto se necesita recuperar y que ahora están en manos del capital extranjero. Es tiempo de reacción y para ello es necesario poner cimientos. Los empresarios de O Salnés deben sentarse de nuevo juntos, pensar en que invertir en la comarca es la base del futuro de las generaciones venideras y que son ellos los que pueden garantizar la prosperidad que se derrumbó por el huracán de la crisis. Las multinacionales solo buscan rendimiento empresarial que poco repercutirá en el pueblo que las acoge. Apostar por el emprendimiento local es una misión que debe comenzar cuanto antes y ello pasa solo por una discriminación positiva.
