Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El truco

Una de las características que, seguramente, destacan en los días que preceden a las elecciones es una especie de saturación en las propagandas. Desde luego en la de quienes se oponen a los gobiernos y quieren sustituirlos exagerando sus defectos y, sensu contrario, la de los que buscan manterse donde están y "estiran" lo que han hecho y a veces incluso lo que no han hecho, atribuyéndose méritos que no le son propios y hasta invemtándose los que no existen.

En los países más cultos o mejor entrenados en el sistema, casi todo el personal votante se conoce el truco y por tanto las más de las veces el esfuerzo que hacen quienes piden apoyos con tales métodos se quedan sin casi nada. En España, en cambio -y en Galicia- los partidos y sus comunicadores persisten en la distorsión de la realidad, y eso les da por ahora algunos réditos, aunque también deba reconocerse que cada vez menos.

Ejemplos concretos podrían ponerse muchos, pero suele servir como modelo el último aunque no resulte el más estruendoso. Por eso, en opinión de quien esto escribe, hay que fijarse en una cifra que puede resumir, por extraño que parezca, las dos vertientes de cuanto se expone. Es la que trata del notable aumento de empleos en el sector gallego de hostelerías -sobre todo en el sector de camareros- que acaba de publicar este periódico.

Parece evidente que el hecho de que crezca el empleo es siempre buena noticia, sea donde sea. Ese reconocimiento, negado sistemáticamente por los sindicatos cuando el gobierno no les agrada, resulta obligado por el sentido común y el análisis económico, pero aquí también esos dos factores dependen del color del cristal con que se miran. Mala suerte.

Otra evidencia, que no excluye la anterior, se desprende de la actividad, básicamente turística, en que se desarrolla ese crecimiento. No se le puede restar peso, porque fue la que proporcionó a España el impulso inicial para llegar a donde llegó, pero sí se puede relativizar su efecto en zonas concretas del país. En Galicia es bienvenido pero también más coyuntural y por tanto menos estable. Y sin faltar, ni mucho menos, al respeto a quienes, con toda dignidad, trabajan en el sector, es indispensable dotar a este antiguo Reino de mayor capacitación, y como efecto directo más estabilidad a la hora de crear puestos de trabajo.

Ahí está el futuro, y no en los cánticos propios de discípulos electorales de Antoñita la fantástica. Que, con verdades a medias, no siempre dicen medias verdades sino mentiras dobles.Por eso pocos les creen del todo, aunque luego les voten.

¿Eh?

Compartir el artículo

stats