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Doble batalla

| PP-C´s. A poco más de un mes para la nueva cita con las urnas, el 26-J se presenta como una doble batalla. Los populares intentarán recuperar el voto fugado a Ciudadanos (2,5 millones de papeletas en España y casi 148.000 en Galicia) y el PSOE pondrá todo su empeño en frenar el avance de Podemos, que quedó a poco más de 341.000 votos de protagonizar el sorpasso el 20-D en la escena estatal, pero lo ya dio en Galicia con una ventaja de 60.428 papeletas. Mariano Rajoy y su equipo de asesores debaten estos días el tono del ataque contra Ciudadano. El cuerpo les pide ir a la yugular de Albert Rivera, pero tampoco pueden pasarse de la raya porque lo más seguro es que tendrán que negociar con ellos tras el 26-J. En Galicia, el propio Alberto Núñez Feijóo reconocía en una entrevista en este diario que el rival del PP en las urnas no son socialistas o Podemos, sino Ciudadanos y la abstención. ¿Por qué? Porque el 20-D el PPdeG perdió cinco escaños, y aunque el partido naranja solo logró un acta, en las filas populares sostienen que Rivera les arrebató más. El PP se quedó a 40.798 papeletas de retener el cuarto escaño en Pontevedra, donde Ciudadanos consiguió 51.149 votos. En A Coruña, el partido naranja consiguió su único escaño con 66.395 sufragios y el PPdeG necesitaba solo 27.743 papeletas para conseguir el cuarto. En Ourense, los popupalares por 16.415 papeletas se quedaron sin el tercer diputado, que fue para En Marea. Ciudadanos en esta provincia sumó casi 18.000 papeletas. En Lugo, no bastaría con repescar los votos de Ciudadanos (15.346), pues el PP se quedó a 30.809 de rascar otro representantes en las Cortes. En las próximas semanas, los populares insistirán en que votar a Ciudadanos es "votar al PSOE", tras la firma del acuerdo de Rivera con Pedro Sánchez, y supone dar escaños a En Marea. Intentarán deslucir la imagen de centro de Rivera y los suyos, con el objetivo de que los votantes de centroderecha vuelvan al redil. El PP pretende frenar la consolidación de Ciudadanos. En Galicia, pueden tenerlo más fácil. La organización naranja vive una grave crisis, tras desplazar al que fue cabeza de cartel por A Coruña y el único que logró acta, Antonio Rodríguez. Alega la dirección, y no le falta razón, que no era el candidato idóneo, pero el partido presume de primarias y de contar las bases, y en esta ocasión la decisión se amañó en un despacho. El enfado de la militancia está servido.

| PSOE-Podemos. Si la obsesión de Rajoy es Rivera, la de Pedro Sánchez es Pablo Iglesias. El líder de Podemos se ha aliado con IU para intentar el sorpasso al PSOE, es decir convertirse en la primera fuerza de izquierdas en España, y arrebatarle la hegemonía histórica de este espacio a los socialistas. La alianza de Iglesias con Xosé Manuel Beiras (Anova) y Yolanda Díaz (EU) y otras fuerzas sirvió de avanzadilla y ya permitió en Navidades superar en Galicia al PSdeG. En Marea logró el 25% de los votos, y los socialistas el 21,33%. Ocho de cada diez papeletas que atrajo la fórmula de En Marea procedían de electores que viven en concellos con más de diez mil habitantes, y muy especialmente en las provincias de Pontevedra y A Coruña. En Marea no es un fenómeno exclusivo de las grandes ciudades. La alianza de Iglesias, Beiras y Díaz superó en sufragios al PSdeG en 85 concellos, el 27% de los municipios gallegos. Y de ellos en 14 logró ser la fuerza más votada. Los socialistas fueron los más apoyados en 18. Eso sí, el poderío de En Marea está en la costa atlántica. En Pontevedra, se impuso al PSOE en 35 municipios frente a 27 del PSOE, y en A Coruña superó a los socialistas en 42 consistorios frente a 51 donde los socialistas resistieron por encima. En Lugo y Ourense, aún le queda mucho por hacer. Solo en 5 municipios lucenses y 3 ourensanos consiguieron recoger más papeletas que los socialistas. El 26-J el PSdeG intentará dar la vuelta a la tortilla o al menos rebajar la distancia con En Marea, y por su parte En Marea intentará agrandar la diferencia. Ninguna de las dos fuerzas llega a la cita con las urnas en las mejores condiciones e igual que el PP con Ciudadanos deben modular el tono del ataque porque saben que la mayoría absoluta en España y después en Galicia no está a su alcance, y que si quieren tocar poder están condenados a entenderse. |

| Las primarias del PSdeG. Dentro de siete días, los socialistas gallegos sabrán quién es su cabeza de cartel en las elecciones autonómicas de finales de año. La disyuntiva está entre José Luis Méndez Romeu, actual portavoz parlamentario del PSdeG, y Xaquín Fernández Leiceaga, ahora profesor en la Universidad de Santiago. Leiceaga ha intentado hacer de la necesidad virtud, y apartado de la vida política, tras no contar la dirección de Pachi Vázquez con él para las candidaturas de 2012, se ha presentado ante la militancia como el candidato de la renovación y de las bases, y ha intentado dibujar a su rival, José Luis Méndez Romeu, como el candidato que quieren las élites del PSdeG y con ya demasiados cargos a sus espaldas. Llama la atención que Leiceaga, que participó en la fundación del BNG en 1982 y tuvo su primer cargo público (teniente de alcalde de Noia) en el mismo año en que Romeu se estrenaba también en la vida pública (como edil de A Coruña), se presente como el símbolo de la renovación. Leiceaga subraya que ahora es profesor en la Universidad, para marcar distancias con Romeu, pero la cuestión a dilucidar es ¿volvió al campus compostelano porque quería o porque fue excluido de las listas del PSdeG? Llama la atención que Leiceaga insista en presentar a Romeu como el candidato de los barones del PSdeG, cuando Leiceaga es el candidato del aparato. Es el aspirante auspiciado e impulsado por la gestora del PSdeG, es el aspirante que un día antes de que se supiese que iban a convocarse primarias se entrevistaba en Ferraz con Pedro Sánchez, y además en su equipo están históricos del socialismo gallego desde hace años, como Modesto Pose, que fue candidato fallido a la alcaldía de Vilagarcía, o Antón Louro, que fue alto cargo del tripartito de Fernández Laxe. La diferencia entre Méndez Romeu y Leiceaga es que el primero va a cara descubierta, muestra su currículum como aval de experiencia y exhibe sus apoyos, como garantía de que tiene un equipo detrás, un equipo además que ha demostrado en las urnas su éxito, como es el caso de Abel Caballero o Xosé Clemente López Orozco. La militancia del PSdeG elegirá en primarias a quien considere el mejor rival de Alberto Núñez Feijóo, y entonces sería bueno que se impusiese la cordura y todos arroparan al cabeza de cartel, pero este proceso dejará unas cuantas incógnitas sospechosas en el aire: ¿Por qué la gestora del PSdeG quiso reventar el proceso de unidad que había emprendido el principal valor del partido, Abel Caballero, convocando unas primarias cuando el regidor de Vigo aún no había terminado su gira de contactos para conseguir un candidato de consenso que tuviese a todo el partido detrás? ¿por qué se empeñó la gestora en convocar primarias en plena precampaña del 26-J y acortó al máximo el plazo para presentar candidatura, pareciendo así que en realidad lo que quería era que no hubiese primarias y el candidato único fuese Leiceaga? ¿qué hacía José Ramón Gómez Besteiro acompañando a Pilar Cancela a cerrar el calendario de las primarias en Ferraz, y al tiempo Leiceaga se reunía en el despacho de al lado con Sánchez?

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