En esta ocasión vamos a comentar cuatro unidades léxicas, que parecen estar de relativa actualidad en el Reino de España. La primera, patos, un sustantivo común y concreto, presenta seis letras (o grafemas, p-a-t-o-s) y dos sílabas; era un ave conocida en el siglo XVII (Covarrubias, 1611) con los nombres de ganso o ansarón. Siempre fue la delicia de los niños que acuden a los estanques y la observan embelesados.

La segunda unidad, pactos, a diferencia de la anterior, consta de seis letras (o grafemas, p-a-c-t-o-s) y dos sílabas. Es evidente que la primera sílaba presenta en posición final una -c-, una consonante que queda neutralizada, puede realizarse como [k] o como [?], pero si no pronuncia (como suele acontecer con algunos portavoces de los partidos políticos), los oyentes podemos pensar que el referente son los 'gansos'.

La tercera unidad, ciudadanía, es un sustantivo abstracto, un derivado de ciudadano con el sufijo -ía, que aporta, básicamente, el significado de "grupo". Puede originar confusión, cuando se utilizan esta clase de formaciones para expresar estatus en vez del lugar donde se desempeña una actividad (ejemplo, concejalía). El DRAE-2014 presenta tres acepciones: "cualidad y derecho de ciudadano", "conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación" y "comportamiento propio de un buen ciudadano". Está claro que 'la ciudadanía no vota', votamos los ciudadanos (hombres y mujeres) con Documento Nacional de Identidad o pasaporte.

La última unidad léxica, ciudadano, ya ha quedado explicada en el apartado anterior, pero, por si no fuese suficiente, basta con reproducir la tercera acepción del DRAE-2014: "persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes".

Consecuentemente, no es aconsejable usar un sustantivo abstracto (ciudadanía) en lugar de un sustantivo concreto (ciudadano), a no ser que se pretenda transmitir la idea de que "los ciudadanos no somos miembros activos de un Estado, titulares de derechos políticos, sometidos a sus leyes".