¿Es este realmente el año 2016? Solo si supiéramos cuántas vueltas ha dado la Tierra alrededor del Sol, desde que comenzó a hacerlo, podríamos asegurar en qué año estamos.

Para entendernos y poder numerar los años adoptamos principios convencionales. Así, los romanos contaban los años a partir de la fundación de la ciudad de Roma. En Europa, a partir del siglo VI se empezó a contar desde la fecha del nacimiento de Jesucristo, calculada (con cierto error) por el monje y matemático Dionisio "el exiguo". Ese cómputo dio origen a la llamada Era Cristiana, que se fue generalizando para datar documentos y fechas históricas.

Actualmente ese calendario "occidental" se ha popularizado en todo el mundo, y se nombra como Era Común (EC), sin hacer referencia explícita a su origen cristiano (para evitar en lo posible herir sensibilidades). Hoy en día ese calendario ha sido adoptado por la mayoría de las instituciones mundiales y se puede considerar universal. La ONU ha propuesto las siglas: CE, como Common Era; y para referirse a lo que antes se decía "antes de Cristo": BCE, Before Common Era (antes de la Era Común). Por poner un ejemplo, en la República Popular China el año 1949 se abolió la "era de la República de China" y se adoptó la Era Común.

Es cierto que existen muchos otros calendarios. El calendario hebreo comienza con la creación del mundo, y para los judíos la Biblia dice que Yahvé lo creó hace 5.777 años. Los budistas comienzan a contar con el nacimiento de Buda Gautama, por lo que su calendario nos sitúa en el año 2569. La cronología musulmana parte del viaje que el profeta Mahoma hizo desde La Meca hasta Medina (en julio del año 622 de la era cristiana) por lo que para todos los creyentes de esa religión estamos en el año 1438. En la India hay un calendario nacional, conocido también como "era Saka", por lo que desde el punto de vista oficial allí están en el año 1938.

Pero a pesar de que esos calendarios se mantienen en sus respectivos ámbitos, a nadie se le ocurre tratar de imponer esos sistemas peculiares y locales: y todos aceptan y usan el cómputo de la Era Común como un sistema universal de datación que todos entienden.

Resulta interesante recordar que en la España visigoda, tras la caída de Roma, se instaló un cómputo diferente, la llamada Era Hispánica, adoptada como oficial el año 516 en el Concilio de Tarragona. Esa peculiar cronología, que tenía 38 años de diferencia con la Era Común, se mantuvo durante mucho tiempo en todos los reinos peninsulares, pues los escribanos y miembros de las cancillerías lo consideraban "algo propio" y se resistían a cambiarla. Al final, el calendario de la Era Hispánica se dejó de usar durante los siglos XIV y XV, y los reyes decidieron adoptar el común.

Es ley de vida: cuando dos comunidades sociales conviven un tiempo suficiente, los distintos sistemas que tienen de manejar, cuantificar o expresar los asuntos que afecta a la convivencia, esos sistemas tienden a unificarse.

Siendo prácticos, en esta y en otras esferas de la convivencia, el hecho de que todos utilicemos un único código común es la mejor manera de entendernos sin problemas. La alternativa es el aislamiento.