El berrinche del alcalde de Oporto por el vuelo Vigo-Lisboa es extraño. TAP no ha hecho más que seguir las leyes del mercado y poner un avión allí donde tiene demanda. Punto y final. Actúa, por cierto, con esas mismas reglas que pregona la "ciudad invicta" para regular el tráfico aeroportuario en la Eurorregión. Y eso que Sá Carneiro es, junto con Lavacolla, el que más ayudas para aerolíneas ha recibido. El primero con los mimos de papá Estado; y el segundo, con los cariños de mamá Xunta. ¡Y Peinador en medio, rehén de las leyes del mercado adulterado! Por eso mismo Oporto nunca se inmutó. Era el escenario perfecto para vaciar Peinador. Y lo ha logrado con el silencio cómplice de los gobiernos gallegos. La brincadeira de mau gosto es querer seguir manipulando el mercado.