El título corresponde a una novela de 1974 del italiano Guido Morselli, en la que, todavía a rebufo de las tendencias más progresivas del Concilio, urdía una historia futurista en la que el Pontífice habría dejado el boato de Roma por un poblado oficinesco lejos de la ciudad, desde el que, fuera de todo espíritu jerárquico, predicaba un difuso amor universal y el sincretismo religioso, mientras mantenía una equívoca amistad con una teósofa hindú. Fue escrita sin duda bajo la idea de que las tendencias se proyectan de modo lineal. Luego las cosas fueron al revés, hacia el elitismo, la involución dogmática y la represión de la tolerancia. La historia avanza por discontinuidades. ¿Se ha roto otra vez la tendencia? No se sabe aún si el "giro Francisco" es un dribling sin moverse del sitio o un cambio de juego. De momento nadie está seguro de nada, lo que al menos va a tono con los tiempos.