- Están hechos un lío, fratres, los oráculos del Pepé de aquí. Una parte de los que hasta ahora creían en el adianto electoral, ahora dicen que, visto lo visto, quizá sea mejor esperar a que, en marzo de 2013, mejoren las cosas. Otros, que defendían que de anticipos, nada, hoy recuerdan que el trece es un mal número y optan por noviembre. Mientras, O Noso Presidente lo medita despacio, pero no aclara ni pío. Ofcourse.

- El pájaro recuerda que O Noso Presidente es de los pocos en esa casa que no lanzó las campanas al vuelo tras el triunfal 20-N y que hace poco, cuando volvió de Moncloa, le dijo a su círculo íntimo que a partir de abril la cosa iba a ser de caralho de mico. Y que política y presupuestariamente era mejor colocarse en el parapeto al objeto de evitar las primeras bombas, que son las peores. Ojo.

- Lo cierto es que en un par de cenáculos de la corte ya se oyó lo de que noviembre, o finales de octubre, no podría -"técnicamente", ojo- considerarse un adelanto. O sea, lo que suele oírse siempre que la mayoría se inclina por no agotar el calendario pero el que decide aún no tiene la cosa clara. Avecilla os lo comenta para que os hagáis idea de por dónde van los tiros. Uyuyuy.

- En la izquierda algo sospechan, y por eso hay quien dio orden ya para dos cosas: una) acelerar los preparativos y, dos) agilizar los trámites para ver de dónde se pueden obtener los maravedíes necesarios para una campaña muy larga. Y es que cajas ya no hay, los bancos están muy reticentes y las agencias -incluso las de toda la vida- las pasan canutas y piden una señal a modo de garantía. ¿Capisci?