En España, el presidente Zapatero ha planteado que la Ley de Economía Sostenible y la Ley de Presupuestos para 2010, que el Gobierno está elaborando, van a ser las dos palancas fundamentales para impulsar la reactivación económica y el empleo, que sumarán sus efectos a los del Plan E (ya realizado) y a la ambiciosa reforma del sector servicios, que ya está en el Parlamento.

El Gobierno de España ha manifestado que es partidario de mantener los compromisos, acordados en la Unión Europea y en el G-20, en relación con los impulsos fiscales anticíclicos y con las reformas del sistema financiero. Así como incrementar el esfuerzo por modernizar nuestro sistema productivo, para mejorar su competitividad y para dotarlo de mayor estabilidad frente a la evolución de los ciclos económicos.

El Consejo de Ministros aprobará el 16 de octubre de este año el proyecto de Ley de economía sostenible y los presupuestos de 2010 mantendrán el esfuerzo en inversión productiva e infraestructuras. Y, sobre todo, mantendrán la protección social con el fin de que nadie quede descolgado de nuestras posibilidades individuales y colectivas de bienestar.

El diagnóstico ha sido claro por parte del Gobierno, aunque el origen de la crisis que estamos sufriendo es internacional, su impacto en nuestro país dejó al descubierto algunas debilidades especificas de la economía española, como el sobredimensionamiento de la construcción residencial, la elevada dependencia de la financiación externa necesaria para mantenerlo y el elevado nivel de temporalidad que lastra el mercado laboral.

Se ha realizado un análisis realista de la situación económica antes de apuntar la línea de acción que seguirá el Gobierno en los próximos meses. Todos los observadores aprecian un creciente número de señales que indican una progresiva normalización de los mercados financieros y una suave mejoría de los indicadores de actividad.

Frente a una respuesta compleja, pero serena, ante la profunda crisis económica del gobierno de España; en Galicia, el presidente Feijoo ha planteado un supuesto plan de choque contra la crisis que se ha convertido dos meses después de su anuncio en un nuevo efecto propagandístico, en una nueva pirueta mediática. Una vez que se evidencia para todos los gallegos la falsedad de la teoría del agujero financiero, se discute y se presenta, pero no se aprueba en el Consello de la Xunta, un borrador de este supuesto plan.

Con este pretendido plan antichoque, el señor Feijóo demuestra la reprogramación ideológica de los presupuestos de la Xunta. En todo caso, y en función del principio de equilibro presupuestario, para ser creíble este plan tendría que definir y dar a conocer las partidas que sufren recortes, pero si el gobierno gallego afirma que no existen estos recortes, sino todo lo contrario, significa que no existía tal agujero.

Es decir, el señor Feijóo tiene que dar a conocer, no solamente las pretendidas "nuevas" partidas de gasto, sino como se conseguirán los fondos para poder sufragarlo; todo lo contrario es vender "humo". Los socialistas, como ejercicio de responsabilidad desde el grupo parlamentario, hemos solicitado la correspondiente información al gobierno de Feijóo, pero la respuesta ha sido literalmente decepcionante.

Lo que queda claro es que el propio gobierno de la Xunta de Galicia se contradice y deja al descubierto su anterior mentira referida a un supuesto agujero en las cuentas públicas de 1.200 millones de euros. Si existiese ese agujero no se debería "reprogramar", sino dejar de gastar esta cantidad.

El capítulo de inversiones y subvenciones aprobados en los presupuestos para 2009 por el gobierno anterior ascendían a más de 2.800 millones de euros. La reformulación propagandística de los famosos 1.200 millones de euros anunciada no aumenta esta cifra, sino que consistirá en todo caso en un movimiento interno, y si no puede plasmarse en partidas presupuestarias que aumenten las cifras existentes ¿de dónde lo sacan?... de nuevo espuma mediática.

Pero lamentablemente, lo anunciado constituye un conglomerado de cuestiones donde se superponen una serie de medidas ya contempladas inicialmente en los presupuestos para 2009 por el anterior gobierno (incentivos para la contratación de desempleados y medidas para el fomento del empleo, modernización del sistema productivo, inversión empresarial y medidas de dinamizadoras orientadas a la mejora de la financiación empresarial, inversiones en infraestructuras, etc.) con difusas promesas de realización futura, una vez más… política-ficción.