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Tokyo 2020 - Atletismo

La niña que jugaba al pañuelito

Carlos Adán recuerda los años en los que dirigió la escuela de atletismo de Ribeira y en los que conoció a Ana Peleteiro cuando empezaba en el deporte con apenas siete años

Peleteiro, en una competicióncuando era infantil. // FDV

En 2003 Carlos Adán estaba a punto de retirarse del atletismo y le surgió la posibilidad de ponerse al frente de la escuela de atletismo de Ribeira que acaba de dejar María José Patiño. El fondista vigués aceptó la propuesta y a comienzos del mes de septiembre de aquel año llegó a la pista. Allí se encontró con un grupo de unos cincuenta niños cuyas edades iban de los siete a los dice años. Entre todos ellos le llamó la atención una niña que estaba cerca de cumplir los ocho años que se llamaba Ana Peleteiro: “Era delgadita, risueña y muy disciplinada. Llamaba la atención porque era muy rápida y se le veía que tenía unas enormes condiciones físicas. Pero claro, solo tenía siete años...”

Adán fue el segundo entrenador que tuvo la que este domingo se convirtió en la primera medallista gallega en la disciplina atlética de los Juegos Olímpicos. Solo Patiño estuvo antes: “De aquellos años lo recuerdo es que era muy rápida y que le gustaba hacer de todo. Cuando tocaba hacer carreras de velocidad le gustaba, lo mismo cuando había que saltar, cuando era el momento de hacer cross en invierno...estaba feliz con cualquier cosa”. Carlos Adán recuerda que en aquel momento, con niños tan pequeños, buena parte de la actividad que realizaban era a base de juegos tradicionales que obligasen a correr, a frenar, a esprintar: “Es la mejor manera de acostumbrarse y aficionarse a correr. Yo suelo contar la misma historia y es que un día, jugando al pañuelito, yo no fui capaz de cogerla. Me tocó con ella, agarró el pañuelo y cuando traté de alcanzarla no pude. En aquel momento podía tener nueve o diez años y yo acababa de retirarme de la alta competición, pero seguía en forma. Ese día me dije..pues sí que es rápida”.

Adán compartió cuatro años con Ana Peleteiro, antes de que su camino se fuese hacia el triple salto. Justo antes de dejar la escuela de Ribeira debido a la oferta laboral que le surgió en el Puerto de Vigo Carlos Adán habló con los padres de Peleteiro sobre la posibilidad de dar un paso más. Fue entonces cuando Carlos Adán le habló a Moure de dos chicas que había en su escuela y que tenían condiciones para el atletismo:”Y así fue como ellas se fueron a Pobra do Caramiñal y al poco tiempo empezó a especializarse en el triple salto”.

Mucho tiempo después de toda aquella aventura Carlos Adán reconoce sentirse muy feliz viendo la progresión de Peleteiro y sobre todo, verla renacer después del bache que sufrió en el ciclo olímpico que acababa en Río de Janeiro: “Ana ya pasó su gran crisis. El atletismo es un deporte demasiado sacrificado. Chicos y chicas con condiciones hay bastantes, que tienen esa calidad innata, pero son muy pocos los que realmente llegan, los que siguen adelante y perseveran. Hay edades muy complicadas...los diecisiete, dieciocho, el paso de juvenil a junior...Lo bueno que tiene Ana es que su gran bajón ya lo pasó, su crisis ya quedó atrás. Ha encontrado un magnífico grupo de entrenamiento con Iván Pedroso y eso ha terminado por centrarla”. Explica el vigués que desde su punto de vista “uno de sus problemas fue que el éxito le llegó demasiado pronto. Solo tenía dieciséis años cuando ganó el Mundial junior y era una juvenil. Eso puso el foco en ella y aún no era el momento”.

Adán reconoce haber sufrido con la final y haberse alegrado de manera gigantesca tras verla ganar la medalla de bronce: “Por ella, por sus padres Jose y Carmen que son magníficas personas...ahora vamos a ver una magnífica Ana Peleteiro en el futuro, una mujer que va a estar pronto por encima de los 15 metros y que ya se ha colocado en la élite mundial”. Y todo comenzó jugando al pañuelito.

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