Odia la hipocresía y lo políticamente correcto y sin embargo pertenece a una de las familias de mayor abolengo de Italia y a la Casa Grimaldi tras casarse en 2015 con Pierre Casiraghi, el hijo menor de Carolina de Mónaco. Beatrice Borromeo, periodista además de 'royal', desata su espíritu contestatario en su trabajo, del cual 'El Príncipe que nunca reinó', una serie 'true crime' de Netflix, es el último exponente. La protagoniza Víctor Manuel de Saboya, hijo del último rey de Italia, que nunca se sentó en el trono pero sí fue tristemente famoso por la muerte de un joven alemán de 19 años, Dirk Hamer, en la isla de Cavallo, en Córcega. Aunque el homicidio quedó impune, todo apunta a que Víctor Manuel quiso ahuyentar en 1978, rifle en mano, a un grupo de jóvenes italianos que pasaban la noche en un par de barcos cerca de su residencia de verano en el exilio. Hubo un tiroteo y la víctima resultó herida de muerte.
Beatrice Borromeo ha elegido una historia personal, confiesa, para volver al periodismo de investigación, del que se estaba quitando desde el día de su boda con Pierre Casiraghi, textualmente. Su madre, la condesa Paola Marzotto, era amiga íntima de la modelo alemana Birgit Hamer, hermana de la víctima, a quien ella llamaba tía. Creció oyendo hablar del crimen y, durante su etapa como redactora en 'Il Fatto Quotidiano', un periódico de izquierdas donde se convirtió en el azote de Silvio Berlusconi, publicó un vídeo en el que Víctor Manuel de Saboya presumía de haber engañado al tribunal que lo había absuelto.
Modelo, licenciada en Derecho y Economía
Tras emanciparse con 16 años por desavenencias con su madre y trabajar de modelo para obtener sus propios ingresos, Beatrice Borromeo se licenció en Derecho y Economía en Milán y cursó un máster de periodismo en la Universidad de Columbia (Nueva York). Su camino se cruzó con el de Pierre Casiraghi en la alfombra roja del Festival de Cannes en 2010, al que ella asistía por trabajo: “Te amo y me casaré contigo”, le habría dicho Cashiraghi nada más verla, disipando sus carcajadas con un “ya verás”.
La boda tuvo lugar cinco años después, por lo civil en el Palacio Grimaldi, por lo religioso en una de las islas Borromeas del lago Maggiore, propiedad del padre de la novia, Carlo Ferdinando Borromeo, conde de Arona. Se desarrolló con un curioso paréntesis: Beatrice Borromeo se zafó de los invitados para entrevistar a un magistrado antimafia tentada por el director de 'Il Fatto Quotidiano', Marco Travaglio, que estaba presente.
Tras la anécdota se dedicó a la crianza de sus hijos, Stefano, de seis años, y Francesco, de cinco. Quería darles la estabilidad de la que ella no gozó en su infancia, marcada por las continuas idas y venidas de Carlo Borromeo entre su madre, con la que nunca estuvo casado, y su esposa, la modelo Marion Zota, formando una atípica familia con cinco hijos de las dos mujeres.
Aquellos años en los que Beatrice Borromeo participaba en comprometidos documentales como 'Lady 'Ndrangheta', sobre la mafia calabresa, parecían haber quedado atrás, en pro de una nueva etapa en que ejercía de embajadora de Dior o era distinguida como la 'royal' mejor vestida según Tatler. Sin embargo, Borromeo fundó en 2018 Astrea Films, la productora con la que ahora triunfa en Netflix. Con los hijos ya en el colegio, promete un nuevo proyecto audiovisual, esta vez una especie de 'The Crown' sobre el principado de Mónaco, reconstruyendo la saga de los Grimaldi desde el siglo XIII.
Ella, que en sus entrevistas evita pronunciarse sobre su familia política, ahora se documenta sobre ella. Cómo procederá si, mientras escarba en los archivos de Mónaco, la incólume Beatrice Borromeo descubre algo que la perturbe es una de las principales incógnitas que se abren.
