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ESTRENO EN DISNEY+

'Solo asesinatos en el edificio (temporada 3)': una reedición vistosa de algo que fue bastante mejor

En la tercera temporada, al menos en la recta inicial, otra vez los vericuetos de la investigación parecen una mera excusa para poner en acción a personajes adorados por el público

Steve Martin (Charles), Selena Gomez (Mabel) y Martin Short (Oliver) en la nueva temporada de 'Solo asesinatos en el edificio'. DISNEY+

'Solo asesinatos en el edificio (temporada 3)'

Creadores: Steve Martin y John Hoffman

Dirección: John Hoffman, Adam Shankman, Chris Koch, Cherien Dabis 

Reparto: Steve Martin, Martin Short, Selena Gomez, Meryl Streep

País: Estados Unidos 

Duración: entre 30 y 37 min. (10 episodios)

Año: 2023

Género: Comedia de misterio

Fecha de estreno: 8 de agosto de 2023 (Disney+)

★★★ 

¿Hacían falta temporadas adicionales de 'Solo asesinatos en el edificio'? ¿Por cuánto tiempo nos vamos a creer que siga habiendo asesinatos en el Arconia y no haya mudanzas en masa? La segunda temporada invitó a estas y otras dudas, pero las barrimos bajo la alfombra para seguir disfrutando sin problemas de la química entre el dúo 'boomer' formado por Charles (Steve Martin) y Oliver (Martin Short) y una tercera en discordia menos previsible, Mabel (Selena Gomez), que responde al delirio de los mayores con apatía 'millennial'. 

¿Hace falta una tercera temporada? No, seguramente no, pero a ver quién se queda sin saber qué diablos le había pasado al actor encarnado por Paul Rudd al final de la anterior. John Hoffman y su equipo se las están ingeniando, 'cliffhanger' a 'cliffhanger', giro a giro, para que no salgamos de las paredes del Arconia, ese bellísimo híbrido imaginario de los históricos edificios Ansonia y Dakota de Nueva York. 

El primer episodio resuelve ese 'cliffhanger' operático al tiempo que nos muestra la historia de 'Death rattle', la obra en la que Ben Glenroy cayó desplomado: una historia de asesinato desarrollada en un faro de Nueva Escocia y con un bebé, cáspita, como principal sospechoso. Sabremos más sobre el flechazo instantáneo de Oliver, director del montaje, con una actriz madura pero ignota, Loretta (espectacular Meryl Streep), que de puro misteriosa no puede ser la culpable. 

Como en todo buen 'whodunit' (o 'quién lo hizo'), en realidad tenemos muchos personajes sobre los que sospechar: la productora Donna (Linda Emond) y su hijo también productor Cliff (Wesley Taylor), hartos quizá de las exigencias de su protagonista; la 'starlette' Kimber (esa últimamente ubicua Ashley Park), quien tiene un pasado complicado con el fallecido; el actor suplente Jonathan (Jason Veasey), ávido quizá de tomar las riendas del espectáculo, o, quién sabe, el documentalista Tobert, Robert con t (Jesse Williams), aunque en principio quede descartado por su interés en investigar el caso junto a Mabel. 

En la primera y bastante redonda temporada, comedia y trama brillaban a la misma altura. En la segunda, este último aspecto flaqueó un poco. En la tercera, al menos en la recta inicial, otra vez los vericuetos de la investigación parecen una mera excusa para poner en acción a personajes adorados por el público. De nuevo, se saca gran partido cómico del embebecimiento de Charles y Oliver en sí mismos, de su elevada autoestima y su generosidad a la hora de medir cuál es su influencia en la cultura. Oliver, en concreto, es una creación memorable y quizá el mejor papel de Short en su carrera: ese artista algo inepto que, a la búsqueda de su gran 'comeback', solo sabe volver a cometer el error que le trajo la desgracia; para ser algo más precisos, convertir en musical una historia que no debería serlo

Incluso los propios creadores saben que quizá otra temporada sea demasiado. Como protegiéndose de posibles ataques, aquí y allá dejan caer chistes sobre cómo las primeras partes siempre son las mejores o cómo se empeña la industria en tratar de alargar éxitos en lugar de crearlos desde cero. Chistes, en su mayoría, realmente buenos, pero que no sirven para evitar la sensación de estar viendo una reedición menos inspirada de algo bastante brillante. Casi todos los ingenios de estos primeros capítulos, desde el uso de la perspectiva de la víctima hasta los números musicales inesperados, aparecieron en anteriores temporadas en versiones superiores. 

Y sin embargo, este cronista sabe que acabará viendo la temporada hasta el final. Y que llegado el desenlace, seguramente habrá otro asesinato sobre el que se morirá de ganas de saber un poco más en cuestión de un año, o quizá dos o tres, si la catástrofe de la doble huelga se alarga.

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