El picante es uno de los condimentos más aclamados que ayuda a potenciar el sabor de las comidas. Además, es uno de los aderezos más recomendados para la perdida de peso porque ayuda a acelerar el metabolismo y aumenta el gasto energético.

Sin embargo, hay una estrecha línea entre dar sabor a las comidas y hacer que el plato ya no sirva para comer. Pasarnos de condimento picante puede ser perjudicial, ya que puede provocar acidez o irritación en el estómago. Si tienes un estómago delicado, debes llevar más cuidado con el picante.

Si se te ha ido la mano echando tu picante favorito, no desesperes y no se te ocurra deshacerte de la comida porque hay tres truquitos que te salvaran el plato:

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  1. Recurre a hortalizas ricas en almidón como patatas, boniato o zanahorias, que absorberá el picante y rebajará el picor. Para ello, hay que agregarlas en la olla y dejar que se cocinen junto a la comida principal durante aproximadamente 15 minutos.
  2. Utiliza lácteos como leche, nata o yogur.
  3. Los azúcares también sirven para contrarrestar el picor, con productos como la miel, el vinagre o el ketchup.