La sucesión de borrascas está obligando a los bateeiros de Domaio a trasladar sus balandros de manera continua hasta el muelle de San Adrián, en Vilaboa, en busca del refugio que no les ofrece el muelle de Domaio y que demandan a Portos desde hace años. La última borrasca, este pasado fin de semana, arrancó una de las piedras de la rampa en donde amarra el sector que vuelve a pedir una solución definitiva y que se agilice el proyecto que, en época electoral, presentó la anterior presidenta de Portos para la construcción de un dique flotante en Domaio con 22 plazas de amarre y de otro en San Adrián, con 16 plazas.
Por el momento, el proyecto de San Adrián sigue en cola de licitación en Portos que se ve obligado a atender las necesidades de 122 puertos en Galicia con dos o tres proyectos por cada uno.
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Por lo que respecta al de Domaio, desde Portos aseguran que la redacción del proyecto está muy avanzada. Mientras tanto, Portos asegura que se van atendiendo soluciones provisionales como la actuación que se empezó a acometer ayer, con una inversión de 15.000 euros. Consiste en la colocación de unos anclajes para montar una placa de hormigón y levantar la altura del muelle para dar mejor accesibilidad a los barcos en el amarre.
El mar vuelve a echar a los bateeiros de Domaio
El sector, sin embargo, asegura que no veía ni rastro de ninguna obra en el muelle y que el deterioro es muy grande., que no ven mantenimiento y que la piedra que la borrasca arrancó el pasado fin de semana seguía ayer en el fondo del mar.