La reforma del cementerio de Coiro afronta su recta final y se pide colaboración a los usuarios

Las obras de reforma “integral” del cementerio de Coiro, que se ejecutan con 167.350 euros del Plan Concellos, afronta su “recta final” y estarán listas “en semanas”. La mayor parte de los trabajos previstos en el proyecto, como la dotación de pavimento, recogida de aguas pluviales y colocación de barandillas ya están hechos o en proceso, pero sus promotores piden la colaboración de los usuarios para resolver un asunto que no se considera menor: la retirada de “decenas, si no centenares de escaleras de mano” ancladas a las testeras y paredes verticales de los nichos que impiden o dificultan la reparación y pintado de los mismos.

La concejala de Obras e Servizos, Iria Malvido (PSOE), visitó ayer las instalaciones acompañada por la arquitecta del Concello Mª Isabel Medraño y constataron que los trabajos de pavimentación y hormigonado del terreno están practicamente ejecutados y también se va a renovar la instalación eléctrica y se colocarán farolas. Pero la ingente cantidad de escaleras metálicas que se acumulan por casi todos los rincones, sujetas a las paredes con candados u otro tipo de anclajes, impide trabajar en ellas, y desde el gobierno local solicitan la colaboración de los usuarios “para que las retiren y las identifiquen”. En caso contrario, la empresa tendrá que cortar las cadenas y almacenarlas en dependencias municipales para que sus propietarios las identifiquen y recuperen cuando las obras concluyan. Desde el Concello piden que se las lleven o al menos les pongan nombre para evitar confusiones y problemas posteriores.

Negociar para legalizar el terreno “invadido”

Otro de los problemas que pretende resolver el nuevo gobierno de coalición formado por BNG, PSOE y EU es la legalización de la zona ampliada del cementerio hacia una finca colindante sin el acuerdo previo de sus propietarios, que ha costado una condena judicial al Concello. La alcaldesa, Araceli Gestido, reconoce que se trata de un “terreno invadido” y que desde el consistorio se “estudian fórmulas” para hacerse con esa parcela anexa donde se construyeron nichos que están precintados y que, además –como ya apuntaron anteriores responsables municipales–, serviría para habilitar una entrada más accesible que a través de las actuales escaleras, muy empinadas y peligrosas, sobre todo para personas con escasa movilidad.

Solución “más cerca”

La adquisición de esa finca se intentó en varias ocasiones y se apuntó como inviable, al menos a corto plazo, al no existir conformidad entre el justiprecio y el posible valor de mercado. Los nuevos gobernantes reconocen que “no puede pasar más tiempo” sin una “solución razonable” que satisfaga a ambas partes. “Hay que buscar el cauce legal para hacerlo e intentar un acercamiento con la propiedad”, señala la regidora canguesa, que considera que “nunca se estuvo tan cerca como ahora de solucionarlo”.

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