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Obras recomienda dictar orden de derribo para dos edificios en el barrio de O Forte

Inspección constató el mal estado de los dos inmuebles, con riesgo parcial de derrumbe EEl situado en la avenida de Ourense se valló ayer y está pendiente el de Félix Ozámiz

Inmueble de la calle Félix Ozámiz, en O Forte | // GONZALO NÜÑEZ

El departamento de Urbanismo del Concello de Cangas valló dos edificios del viejo barrio de O Forte, uno ubicado en la calle Félix Ozámiz número 58 y otro en el número 6 de la avenida de Ourense.

Edificio de la avenida de Ourense, en O Forte, ya vallado. | // GONZALO NÜÑEZ

Inspección de obras constató el mal estado en el que se encuentran las dos edificaciones, en estado ruinoso. Las dos están en una situación estructural que conlleva un serio peligro de que se caiga de manera parcial, sobre todo los balcones y elementos sueltos cercanos a los mismos, según indica el informe realizado por Inspección de Obras. En el documento presentado al concejal de Urbanismo del Concello de Cangas, Eugenio González (PSOE), se recomienda que “sería conveniente que estos dos espacios deben vallarse provisionalmente mientras no sean asegurados los elementos con peligro de derrumbe, para lo cual considero que se deberían dictar dos órdenes de ejecución a propietarios de inmuebles”. En el informe se identifican ya a los propietarios de sendos inmuebles.

Ayer, el edificio de la avenida Ourense se encontraba ya vallado, mientras que el de la calle Félix Ozámiz aún seguía sin la protección requerida. Se trata de viejos inmuebles característicos de este viejo barrio de O Forte, que está incluido dentro del PERI del Casco Vello de Cangas.

Recientemente, hubo desprendimiento de fachadas en varios edificios del casco histórico de Cangas y en uno de ellos se desplomó completamente el tejado, provocando la alarma entre el vecindario, por el ruido que la cubierta hizo al caer. Pero en Cangas, la Inspección Técnica de Edificios, a pesar de que hay ordenanza, no entró en vigor. Ningún gobierno quiere meter en más gastos a los ciudadanos, así que la otra vía que queda es una mayor presencia de los inspectores de obras en las calles, para señalar los inmuebles con riesgo de derrumbe parcial o total. Aunque suceden, no es conveniente que se entre en una guerra vecinal de denuncias de los unos contra los otros. Lo cierto es que éste es un mal año para los viejos edificios del caco vello, que se caen a trozos. De momento no hubo víctimas.

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