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Antía Soliño Bonet | Activista de Cangas en la ONG “Mil Colinas”

“¿Podemos creernos más desarrollados aquí que estamos destruyendo el planeta?”

Adicam ofrece hoy una charla sobre la mujer ruandesa a cargo de la ONG

Estudiante de Relaciones Internacionales en Madrid, esta canguesa de 22 años es activista desde septiembre de la ONG “Mil Colinas” , implicada en la educación para el desarrollo y en la creación de una escuela de educación no formal en Rukara, en Ruanda. Antía Soliño entró en contacto con la Asociación de diagnosticadas de cáncer de mama de Cangas para que pudiera darle voz a esta asociación y hoy Adicam ofrece una charla, a través de su Facebook Live (20:00 horas) sobre la forma de vida delas mujeres ruandesas. La ponente es la educadora social y miembro de la ONG desde sus comienzos, que viajó por primera vez a Ruanda en 2008, María Fernández Peña. Antía Soliño , que ya ha estado involucrada en otros proyectos de cooperación hace dos años en Saint Louis, en Senegal, colaborando con una asociación local y hace tres con un orfanato en Marruecos, apoya a “Mil Colinas” desde España sensibilizando sobre educación para el desarrollo.

Antía Soliño, en Senegal

–¿Qué le atrajo de “Mil Colinas”?

–Llegué a ella a través de las redes sociales y me resultó muy interesante la forma en la que trabaja no solo en Ruanda sino también en España. Para mí es fundamental sensibilizar y educar nuestra sociedad en base a la justicia social. Quise unirme no solo para colaborar en lo que pudiese, sino para formarme y tratar temas tan importantes como la educación en valores y la transformación social desde una perspectiva antirracista, feminista y de igualdad de oportunidades.

–¿Cuáles son los proyectos que desarrolla y en dónde?

–Desarrolla sus proyectos en Rukara, un pequeño pueblo de Ruanda y también aquí en España. En Rukara ha apoyado la creación de una escuela de educación no formal, de la que forman parte más de 200 jóvenes donde se fomentan los derechos humanos y sociales, al magen de la educación rígida que se imparte en el sistema educativo. Aquí en España lo que hacemos es principalmente sensibilizar a la población en estos temas y realizamos también jornadas de educación para el desarrollo, esa parte que no está tan presente en nuestra educación formal. Si nos involucramos tod@s podemos ayudar a revertir las situaciones de desigualdad y ser conscientes de los privilegios que se nos dan al vivir en países como el nuestro. A través de las redes sociales hacemos campañas para transmitir nuestros valores y campañas para recaudar fondos para el mantenimiento de la escuela en Ruanda. Invitamos a que nos sigan en redes sociales @milcolinas y a que conozcan nuestro trabajo y el nuevo proyecto de becas que acabamos de lanzar para poder cubrir la educación universitaria o FP a 15 jóvenes ruandeses/as.

–La charla en Cangas será sobre la forma de vida de mujeres de Ruanda en zonas rurales. ¿Qué visión nos puede trasladar de ellas?

–El pueblo ruandés ha sufrido mucho, por su historia reciente, el genocidio de 1994 y la guerra. Sigue teniendo unas consecuencias sociales que recaen especialmente en las mujeres, que sustentan a las familias y se encargan de la educación y los cuidados. Las mujeres ruandesas son luchadoras y resilientes. En la charla pretendemos acercar cómo son sus vidas en las zonas rurales y de qué forma puede cambiar su situación a través de la educación.

–.¿Cree que las ONGs siguen bajo lupa tras el escándalo en Oxfam?.

–Siempre está esa lupa encima. Tenemos la responsabilidad de ser transparentes y de utilizar los recursos de forma honesta y adecuada, como debería ser en cualquier institución. Hay casos en los que no ha sido así y han sucedido cosas muy graves que han perjudicado al resto de ONGs que trabajamos mucho, a veces por encima de nuestras posibilidades, para sacar adelante los proyectos. En el caso de “Mil Colinas”, todo lo que hacemos está a disposición de cualquier persona que se acerque a preguntar. Hay personas que estamos dejando una parte de nuestra vida en trabajar por la justicia. Quizás deberíamos cuestionarnos por qué miramos tan con lupa a las ONGs, pero no exigimos la misma responsabilidad a un banco a la hora de cobrarnos comisiones o a un partido político antes de votarle.

–.¿Realmente también hay un tercer mundo en España?

–A nosotras no nos gusta el término “tercer mundo” porque ya estamos considerando que hay un primero y un segundo que están por encima. ¿Por encima de quién? ¿De quienes nos consideramos más desarrolladas/os? ¿Qué es el desarrollo? ¿Tener más dinero? ¿Podemos considerarnos más desarrollados aquí, que estamos destruyendo el planeta con nuestro consumo, que dejamos morir a las personas en las playas en las que pasamos las vacaciones o que permitimos que en nuestro país, al lado de nuestras casas, vivan personas sin luz o en la calle? Realmente creemos que es importante cuestionarnos qué es el verdadero desarrollo, y cómo ese modelo en el que estamos viviendo destruye los derechos humanos, nuestro planeta y la convivencia. Hay situaciones de pobreza y desigualdades en todos los lugares del planeta. Siempre hay personas que, por el hecho de haber nacido en una determinada familia, barrio, ciudad o país lo van a tener mucho más difícil que otras, haciendo el mismo esfuerzo por conseguir tener una vida digna van a obtener diferentes resultados. Tenemos la convicción de que estas desigualdades sólo se pueden eliminar a través de la educación, para quienes parten de una situación más difícil y para quienes tienen los privilegios, porque deben aprender valores que les hagan ser más humanos, más respetuosos y más comprometidos con el lugar en el que viven.Está claro que las condiciones de vida de una persona en situación de pobreza aquí no son las mismas que las de una zona rural de Ruanda, pero todas ellas deben importarnos y contra todas ellas debemos luchar, en nuestro caso a través de la educación.

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