Paró de llover en este invierno de “Cien años de Soledad”, hay más horas de luz y la autoridad competente puso fin a muchas de las restricciones que obligaban a la gente a permanecer más tiempo del que quisiera en casa para evitar contagios por el COVID-19. La desescalada llegó con tiempo de primavera y los senderistas se pusieron a hacer camino. Pero en los primeros días ya hubo dos percances con senderistas en Cangas. El primero tuvo lugar el pasado lunes, cuando dos jóvenes se perdieron en la Sierra de A Madalena al hacerse de noche y tuvieron que ser rescatados por el Grupo Municipal de Emergencias. El viernes, una vecina de Vigo, cayó y se dañó seriamente el tobillo en Cabo Home.
Estos dos accidentes hicieron reaccionar de inmediato a Servicio Municipal de Protección Civil Cangas, que ayer lanzaba una serie de consejos para las personas que sale a pasear y hacer senderismo. Se trata de un decálogo.
Este grupo de emergencias recomienda iniciar la actividad a una hora prudente para hacer la ruta con tiempo suficiente y con luz. Considera que hay que tener informados a familiares y amigos de la ruta a seguir y el horario previsto de su finalización, así como llevar ropa y calzado acorde con la actividad que se vaya a realizar. Se recomienda llevar un teléfono móvil y con batería cargada al máximo disponer de un mapa o aplicación para poder orientarse, llevar agua y algo de comida y no separarse en caso de ir en grupo. Protección Civil considera también conveniente tener previsto rutas alternativas más cortas, no abandonar las pista principales y seguir la señalización e la ruta. En caso de emergencia, contactar con el 112 Galicia.
Son recomendaciones muy sencillas, fáciles de cumplir, pero que en muchas ocasiones se subestiman por los senderistas, que se confían en demasía. Protección Civil asegura que por mucho que se conozca la ruta siempre hay que ir prevenido. Estos días de desescalada los senderistas se lanzaron a ocupar las rutas que hay por Cangas, buscando las más alejadas, porque lo cierto es que las más habituales están ahora mismo demasiado transitadas por ese afán de salir al aire libre, después de tanta lluvia con consecuencia de ese tren de borrascas que llegó desde el océano Atlántico.
