Cangas ha conseguido frenar momentáneamente la expansión de la Covid-19 y doblegar una curva que había llevado al municipio a registrar un pico máximo de 86 casos activos el pasado 3 de noviembre. Así se desprende de los datos que maneja el Comité de Seguimiento del Concello, que ayer arrojaban la existencia de 47 afectados por el coronavirus, una cifra que remite a los valores del 23 de octubre, hace casi tres semanas.
La tendencia en los últimos días ha sido claramente descendente, lo que ha permitido al concello salir del máximo nivel de alerta, el 3 (identificado con el color rojo) para situarse en el 2 (color naranja) en función de la incidencia de pacientes en los últimos siete días. De este modo, si el fin de semana había un total de 51 casos activos, ayer ese número se redujo a 47 y hasta primera hora de la tarde no se había detectado ningún afectado nuevo. La previsión que se maneja desde el gobierno local es que si se consiguen reducir las actividades a la mínima expresión y existe un “confinamiento cívico” entre hoy y mañana se produciría una “considerable” reducción de casos.
El concello subraya que los resultados son producto “del trabajo realizado antes de las restricciones de la Xunta”, contando con la colaboración de los vecinos, pero aprovecha para reiterar su petición de evitar visitas a familiares y amigos, pensando en el bien personal pero también en el de la hostelería, “que está haciendo un gran esfuerzo en esta pandemia”.
En Cangas, uno de los 60 concellos con las restricciones especiales marcadas desde el gobierno autonómico, el primer brote de consideración se vivió entre el 14 y el 18 de octubre, lo que motivó que el Comité de Seguimiento del Concello acordase el cierre durante una semana de las instalaciones municipales, particularmente pabellones y centros sociales. En esa etapa se realizaron 337 PCR para obtener unos 30 positivos.
El segundo brote se concentró en la última semana de octubre, concentrado en los días 29, 39 y 31 del pasado mes, con 81 casos detectados, que debían afrontar una cuarentena de diez días. El 3 de noviembre se alcanza un máximo de 86 casos activos, de los cuales 16 de ellos lo fueron tras dar positivo en un segundo test. Por entonces se anunciaron las medidas de la Xunta, mientras que el concello extremó los controles en los cementerios por el Día de Todos los Santos y decretó el cierre de parques infantiles, biosaludables y otras instalaciones al aire libre.
Mientras, Bueu continúa ligeramente por encima de los 20 casos activos de coronavirus, lo que lo mantiene en el nivel naranja de alerta pero muy cerca de entrar en el nivel máximo, el rojo. En el centro de salud buenense se registró en los últimos días de la semana pasada un repunte de afectados, vinculados probablemente a un brote común. Esta incidencia provocó que el municipio subiese un escalón en el semáforo del Sergas, ya que el nuevo brote se unió al registrado hace días en el Hospital Provincial de Pontevedra, y que afectó a trabajadores de Bueu. Esto desencadenó un considerable incremento de los casos en un concello que hasta el momento se mantenía como el menos afectado de la comarca de O Morrazo.
A Voz da Sanidade se queja ante el Valedor por la atención telefónica
La Asociación A Voz da Sanidade de Cangas ha elevado una queja formal ante el Valedor do Pobo por la primacía de las consultas telefónicas sobre las presenciales en el centro de salud de Cangas, así como por las colas que se producen en el exterior del edificio. El requerimiento se envía ante la “nula respuesta” por parte de la gerencia de la EOXI (Estructura Organizativa de Xestión Integrada) del área de Vigo, con quienes se solicitó entrevistas para poder hablar acerca de la situación del servicio. Desde el colectivo sanitario se ve con preocupación que el Servicio Galego de Saúde” no haya mostrado signos de que querer mejorar esta situación” ante la llegada del invierno, cuando el frío y la lluvia pueda agravar la espera de los pacientes. A Voz do Paciente ve “inaceptables” las restricciones que obligan a los usuarios del centro de salud a hacer cola en el exterior “con el argumento infundado de evitar contagios”. A Voz do Paciente asegura que durante el estado d alarma la atención primaria demostró su importancia en la lucha contra la pandemia, sin que en la desescalada ni en la actualidad el Sergas “haya impulsado medidas para mejorar y fortalecer esta línea asistencial”. La realidad, señala la asociación, es una asistencia “en precario y basada en primar las consultas telefónicas sobre las presenciales”, además de las “deplorables colas para hacer analíticas, placas de rayos X, ser atendidos en el PAC o para poner la vacuna contra la gripe”. La espera para la atención telefónica, denuncian, es de entre 7 y 21 días.
