La marquesina de la parada de taxis ubicada frente a la estación marítima de Cangas amaneció el viernes con varios paneles rotos y los cristales solo sujetos por las pegatinas publicitarias que la decoran. En los vidrios que resistieron el ataque vandálico quedaron impresas las huellas de las patadas que supuestamente le propinaron el autor o autores de los hechos, que los profesionales vinculan con algún usuario que se encontró sin servicio a esas horas y aprovechó para desfogar su ira sin testigos.
El panel más afectado permanecía ayer apoyado en la estructura a la espera de que se valoren los daños y se repare la marquesina, que sirve de protección a los taxistas y los usuarios que aguardan la prestación del servicio. La agrupación de autopatronos quiere aprovechar los trabajos para desplazar la marquesina unos metros, pues la reciente colocación de pivotes en la calzada impide a los taxis situarse a la altura del teléfono.