Aunque a simple vista la gran mayoría de los ciudadanos no podría apreciar los residuos vertidos en los montes de Moaña, tras una visita por el entorno los expertos explican que se trata de una grave situación a la que, por ahora, no se la ha puesto solución. Los miembros de la Comunidad de Montes trabajan para mantener las tierras en buen estado, pero la lucha contra este tipo de infracciones es mucho más complicada.

Entre los terrenos comunales de la localidad se pueden encontrar seis puntos importantes en los que la acumulación de escombros podría suponer una amenaza. El monte Agudelo, por ejemplo, que actúa de frontera entre Moaña y Marín, ha sufrido una drástica modificación de su aspecto, y no de forma natural. La empresa moañesa autora de la gran mayoría de los vertidos depositó toneladas de tierra sobre la ladera, formando un talud de una pendiente superior a los 45 grados. Tras la denuncia de la Comunidad de Montes de Moaña, a la compañía se le sancionó con 1.000 euros, una" multa leve", y en un primer momento se obligó a la retirada del residuo. Sin embargo la resolución definitiva mantuvo la multa económica pero varió la realmente "fundamental" para los comuneros: su retirada. Ahora Excongal deberá proteger la colina formada mediante hidrosiembra que actúe como amarre de la tierra vertida.

Los desechos en cuestión ya apenas se aprecian, puesto que ha crecido la maleza. Sin embargo, y según explican los comuneros, representa una de las zonas más peligrosas debido a la gran pendiente formada por la tierra depositada. Además, se añade a esto que la carretera PO-313 está a tan solo 30 metros. Los miembros de la Comunidad de Montes de Moaña alertan de la amenaza que supone esta colina "artificial" y aseguran que "en cuanto vivamos varios días seguidos de lluvias, todo esto puede desprenderse". Añaden, además, que "varias veces vino personal de carretera para retirar escombros de los bordes de la vía que impedían el paso a los vehículos".

El caso de los vertidos en los terrenos comunales de Meira, es, quizás, más evidente a simple vista. En A Xesteira se puede ver un muro formado por grandes piedras inestables y basura. Según explican los comuneros, "Excongal puso como excusa para depositar aquí esta piedra la construcción de una escollera, pero como se ve, el objetivo era simplemente deshacerse de este material".

Las empresas de construcción deben depositar sus escombros en una zona de Porriño, un recorrido "más costoso" que realizar un vertido en medio de los montes. A estas compañías les sale más rentable pagar los 1.000 euros de multa por ensuciar los terrenos comunales que enviar sus residuos y desechos a las naves instaladas a la afueras de Vigo. Las Comunidades de Montes ya han presentado sus denuncias pero los vertidos siguen en las montañas.