Los representantes del Concello de Cangas han iniciado un nuevo intento de "buscar solucións" a la situación de ilegalidad en la que se encuentra desde hace varios años una parte del cementerio de Darbo, ampliada sin autorización municipal ni de la Xunta y que padecen decenas de vecinos que compraron nichos y no pueden disponer de ellos. La alcaldesa, Clara Millán, acompañada de técnicos municipales, se reunió ayer con el promotor de las obras, Francisco Pouba, para conocer su opinión sobre esta situación irregular y sus propuestas para superarla. Hoy volverán a reunirse con más información sobre la mesa y barajar la posibilidad de tramitar un proyecto modificado que permitiría legalizar alrededor de un centenar de nichos ya construidos y vendidos por el promotor.

La situación es "compleja" y la han heredado distintos gobiernos municipales sin ponerle solución. La primera cuestión es saber si el promotor y constructor (que en unos casos aparece identificado como la empresa Pouba y, en otros, como Construcciones Nova Bon 21), tiene la propiedad sobre las parcelas donde se asientan los nichos y panteones. El empresario dice que sí, ya que una parcela se la compró a la Iglesia y otras dos a particulares. Los representantes municipales lo emplazaron, no obstante, a traer hoy los papeles que lo acreditan.

Otra cuestión es concretar qué parte del nuevo camposanto es legal o legalizable, y cuál no. En el primer apartado estarían, en caso de concretarse un acuerdo entre las partes, los nichos ya instalados, pero quedarían fuera más de un centenar que ya han sido vendidos pero no construidos. En ese último aspecto parece que no hay solución posible, ya que la Administración no está dispuesta a permitir que se instale ni un solo panteón más en la zona.

Tampoco está resuelto el tema de la cesión obligatoria de nichos al concello, al que le corresponde el 10% del total construido. Según las estimaciones municipales, son más de mil, por lo que la administración local deberá recibir más de un centenar. Sin embargo, esa posibilidad se complica también por los compromisos que el promotor tiene con los vecinos, ya que los nichos vendidos superan a los construídos y no se van a autorizar más. Así las cosas, desde el concello sopesan la posibilidad de realizar una valoración económica de la parte que le corresponde para ser compensado por el promotor, ya sea en metálico o a través de otras fórmulas que acuerden las partes.