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El empuje del automóvil conduce el tráfico de bobinas de acero en Vigo a cifras récord

Las descargas se dispararon un 60% el año pasado y un 30% en el primer semestre pese a la parada forzosa por el coronavirus | Kaleido, el principal operador del Puerto, reclama optimizar los espacios y mejorar las infraestructuras

Descarga de bobinas de acero en el Puerto vigués con destino al sector de la automoción. // FdV

El empuje de la industria viguesa del automóvil ha llevado el tráfico marítimo de bobinas de acero a cifras récord, lo que calienta si cabe más el debate sobre la falta de espacio en el puerto para movimiento y almacenaje de este tipo de mercancías y la necesidad de mejorar infraestructuras. Según el principal operador, Kaleido, solo el año pasado este tráfico se disparó un 60%, pasando de 44.000 toneladas en 2018 a 70.800, y en el primer semestre la tendencia se mantuvo al alza incluso pese a la parálisis del Covid-19 en toda la cadena de valor de la automoción durante casi dos meses, alcanzando las 56.000 toneladas, con un crecimiento del 30%.

Este bum del tráfico de bobinas ya ha obligado al Puerto vigués a instalar -por ahora- tres naves desmontables al lado del Tinglado, en el muelle de Comercio, y en Guixar, así como a proyectar la transformación del vial "Faros" también en Teis como almacén para satisfacer la demanda cada vez mayor de espacios cubiertos para este tipo de mercancías. Antes de que los efectos del Covid-19 hicieran replantearse las cadenas de suministro de muchas industrias, el flujo de bobinas de acero que consume diariamente el sector de la automoción gallega ya había sufrido un gran cambio. La importación de este material clave para las carrocerías y los componentes pasó de transportarse por tierra a hacerlo por mar.

Este giro supuso una mejora clave en la industria, en la que el Puerto vigués juega un rol fundamental por su proximidad. Esta competitividad se refleja en un incremento del tráfico pocas veces visto, de 44.000 toneladas en 2018 a más de 70.800 toneladas en 2019. El primer semestre de este año ha superado ese fuerte incremento anual, pasando de las 39.500 toneladas de bobinas de acero en ese periodo en 2019 a las 56.000 toneladas en esta primera mitad del año.

A pesar de este éxito, ni Puerto ni Kaleido, responsable de más del 70% del tráfico marítimo en convencional en la rada viguesa -no rodado ni contenerizado-, ocultan su seria preocupación por las serias limitaciones existentes.

Los retos históricos siguen presentes. La "imprescindible optimización" del suelo portuario, la mejora de las infraestructuras, o la "reestructuración de la estiba" son aspectos básicos para poder avanzar en la competitividad del Puerto de Vigo. Un ejemplo de las medidas que se están tomando es el concurso de la concesión del muelle Transversal lanzado en diciembre de 2019 y cuyo objetivo es optimizar el espacio de los muelles comerciales. Kaleido, único interesado, pasará así a operar sus tráficos -que suponen más del 70% del tráfico marítimo en convencional- en el 40% de la superficie portuaria en una sola localización, en vez de ocupar más del 50% actual en diferentes emplazamientos. Queda así para menos del 30% del resto de tráficos de los otros operadores, el 60% de la superficie de los muelles comerciales.

A mayores, la Autoridad Portuaria asegura unos mayores ingresos por tasas, una inversión mínima de la empresa viguesa de más de 1 millón de euros que se suma a los más de 5 millones en activos que dedicaría, y un incremento de tráficos ligados a estos esfuerzos y esta apuesta. Al mismo tiempo se garantiza la apuesta del operador logístico global vigués por este puerto y no por otros vecinos, tras sus últimas inversiones logísticas en Angola y Portugal.

La optimización portuaria viguesa también exige de nuevos almacenes cubiertos para poder responder a los incrementos de tráficos como el de las bobinas de acero que no pueden estar a la intemperie, actualizando así una infraestructura obsoleta e insuficiente. Para ello resultan vitales dos iniciativas complementarias. Por un lado, la coordinación entre Puerto y Concello para lograr esas nuevas infraestructuras a la mayor brevedad. El objetivo es evitar la fuga de tráficos a los puertos de Marín y Leixões fundamentalmente, con el grave perjuicio para los estibadores, empresas portuarias y la merma de competitividad de Vigo y su área de influencia. Por otro lado, se debe avanzar "en la inversión y el desarrollo de centros logísticos fuera del ámbito portuario por parte de los operadores logísticos para derivar los tráficos no vinculados a la operativa de los muelles como el vaciado masivo de contenedores", según Kaleido.

En la última década, la pérdida de tráficos del Puerto vigués -a favor especialmente del puerto de Marín- supuso una fuerte pérdida de empleo y puso en serios problemas a empresas del entorno portuario. Tras un trabajo profundo y constante por parte de la Autoridad Portuaria, operadores portuarios y estibadores, se está logrando recuperar poco a poco las operaciones de barcos con bloques de granito, componentes eólicos, siderúrgico o contenedores. Todos estos tráficos en vías de recuperación, naturales del principal puerto de carga general gallego, "recuerdan que la competitividad y los tráficos de los puertos nunca están garantizados".

El récord del tráfico de bobinas es un buen ejemplo, ya que lejos de estar consolidado, exige de forma urgente más superficie cubierta próxima al cantil de los muelles para asegurar una logística competitiva sin costes extra, para un sector clave para la industria gallega y su futuro como es la automoción.

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