Las borrascas que a lo largo de las últimas semanas han azotado la comarca tienen también su cara amable. La principal es que los vigueses -a diferencia de lo que ocurrió hace dos años, cuando el área padeció un profunda sequía- pueden mirar con tranquilidad los grifos de sus casas. El balance publicado ayer por Augas de Galicia muestra que la presa de Zamáns está al 71,92% de su capacidad y Eiras, el principal embalse del que se surte la ciudad, al 89,17%. Hay que remontarse a 2008 para encontrarse un balance de principios de noviembre con mejores datos en Eiras. El año pasado estaba al 56,76% y en 2017 el parte emitido por la Xunta el seis de noviembre situaba el volumen de agua embalsada en el 43,95%, menos de la mitad que el registrado en la actualidad.
La situación es ligeramente distinta en el caso de Zamáns, dotada de una capacidad de apenas 2,02 hectómetros cúbicos (Hm3) frente a los 22,17 Hm3 de agua que puede llegar a embalsar Eiras. El balance de Augas de Galicia muestra que ayer permanecía al 71,92% de su capacidad, porcentaje superior al de los últimos años, pero que no desentona en la evolución histórica anotada por estas fechas. En 2014, por ejemplo, Zamáns arrancaba noviembre rozando el 95%.
El nivel de ocupación registrado en Eiras se explica por las abundantes lluvias de los últimos meses. Aunque la pluviosidad en la zona del embalse es bastante diferente a la que se registra en el centro de Vigo -el último año hidrológico Fornelos recogió casi el triple de agua que las Islas Cíes-, los datos recabados por Meteogalicia en la ciudad muestran que los últimos meses han sido ricos en precipitaciones en la comarca. Entre junio y septiembre, por ejemplo, el observatorio contabilizó 131,7 litros por metro cuadrado (l/m2) en el centro de la ciudad, bastante por encima de los 94,91 anotados en el mismo punto y durante los mismos cuatro meses del año pasado.
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El arranque de otoño ha estado en sintonía con ese repunte de precipitaciones. Las mediciones realizadas por Meteogalicia muestran que -entre el 21 de septiembre y ayer mismo- se han acumulado en el centro urbano 244,9 l/m2, casi el doble que durante el mismo lapso de 2018 y el triple que en 2017. Con esos datos, el actual sería de hecho el comienzo de otoño más pasado por agua del lustro. Hay que remontarse a 2014 para encontrar un final de septiembre, octubre e inicio de noviembre más húmedos, con 281,5 litros por metro cuadrado. El observatorio gallego ha contabilizado además 25 días con lluvias, lo que significa que el paraguas ha estado presente seis de cada 10 jornadas de lo que va de estación.
Con el recuerdo todavía reciente de lo ocurrido en 2017, las administraciones estatal, autonómica y municipal estudian fórmulas para garantizar el abastecimiento de la comarca en caso de una nueva sequía. A mediados de octubre el Ministerio para la Transición Ecológica licitaba por 165.147 euros un estudio de alternativas para ese fin. A la espera de sus conclusiones, ayer Eiras volvió al debate político al anunciar el Ayuntamiento que recurrirá la licitación de la Xunta para el servicio de mantenimiento de Eiras y sus instalaciones, una competencia -explicó Caballero- que es del Concello desde 1962 y realiza la concesionaria municipal.
