La UE y Reino Unido apuraban anoche, en una negociación contra el reloj, la recta final de las conversaciones para tratar de llevar un acuerdo al Consejo Europeo de mañana y el viernes que pueda ser validado por los líderes comunitarios y evite una salida abrupta de Londres del bloque el próximo día 31 ("Brexit" duro).

El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, informó del estado de las conversaciones a los ministros de Exteriores reunidos en un Consejo de Asuntos Generales de la Unión en Luxemburgo. Barnier aseguró que la de ayer era "la última oportunidad" para conseguir un acuerdo sobre el "Brexit" antes del Consejo Europeo, según indicaron fuentes comunitarias. La impresión más extendida era que las negociaciones se prolongarían hasta la madrugada.

"La situación todavía está abierta y debemos estar preparados para cualquier escenario posible", resumió Barnier, quien aseguró que todavía es posible lograr un acuerdo esta semana para que la salida del Reino Unido sea ordenada, aunque admitió que cada vez es más difícil lograrlo. El Parlamento británico exigirá por ley al primer ministro, Boris Johnson, la petición de una nueva prórroga si no consigue un acuerdo en el Consejo Europeo. "El trabajo ha sido intenso todo el fin de semana y ayer porque, incluso si el acuerdo es difícil, cada vez más difícil para ser franco, todavía es posible lograrlo esta semana", señaló Barnier.

El ministro británico para el "Brexit", Stephen Barclay, afirmó que alcanzar un pacto es "todavía muy posible", pero pidió "dejar espacio" a las negociaciones. Con la fecha del "Brexit" fijada para el próximo 31 de octubre, Bruselas y Londres decidieron intensificar los contactos después de que una reunión, el pasado jueves, entre Johnson y el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, permitiera, según dijeron fuentes de Londres y Dublín, vislumbrar "un camino" hacia el consenso.

Los planes británicos para sustituir la polémica "salvaguarda" -destinada a evitar una frontera física en el interior de la isla de Irlanda- fueron rechazados inicialmente por Dublín y Bruselas, pero Londres ha hecho concesiones, que no han trascendido, para propiciar un consenso.

El ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, reveló que Reino Unido puso ayer sobre la mesa "nuevos textos" para la negociación con la UE. Según el rotativo británico "The Guardian", Johnson habría aceptado que se levanten controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido a fin de evitar una frontera física en la isla de Irlanda, una opción antes descartada. Esto implicaría el mantenimiento del Ulster en la unión aduanera, aspecto rechazado hasta ahora por Londres.