Centenares de personas han sido detenidas en Ecuador, que vive desde el jueves bajo el estado de excepción impuesto por el presidente del país, Lenín Moreno, en respuesta a los disturbios surgidos tras la puesta en marcha de recortes económicos y alzas del precio de los combustibles. Las medidas han sido adoptadas para cumplir las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de proporcionar 4.200 millones de ayuda financiera al Gobierno ecuatoriano.

Las protestas son alentadas desde organizaciones sindicales y de oposición, a las que se han sumado colectivos indígenas y universitarios, después de que el martes, en un discurso a la nación, Moreno anunciase un conjunto de medidas para reducir el gasto público e incrementar los ingresos del Estado.

Ese plan incluye la eliminación de los históricos subsidios a la gasolina, lo que ha generado que transportistas, taxistas y otros afectados bloqueasen las calles y carreteras de todo el país. También ha habido duros enfrentamientos entre manifestantes y Policía en el casco histórico de Quito, así como numerosos episodios de vandalismo y saqueo en diversos puntos.

El presidente Moreno aseguró anoche que está dispuesto a dialogar con los sectores que se manifiestan contra la reforma económica de su Gobierno, si bien subrayó que la retirada del subsidio al combustible no se revertirá "bajo ninguna circunstancia". El antecesor de Moreno, Rafael Correa, lo acusó de la "crisis moral" que, aseguró, sufre el país.

Correa propugnó la destitución de Moreno -que se ha alejado de sus postulados "bolivarianos"- por mecanismos constitucionales y la convocatoria de elecciones.