El XXII aniversario de la devolución de Hong Kong a China estuvo marcado ayer por multitudinarias protestas que dejaron al menos 50 heridos. Los manifestantes elevaron el pulso a Pekín tomando durante unas horas el Parlamento en una jornada de fuertes disturbios con más de medio millón de personas en la calle.

Los manifestantes intentaron durante horas derribar la entrada de la sede parlamentaria hasta conseguirlo sobre las 21.00 horas (tres de la tarde en España) utilizando un carrito de supermercado, piedras y ladrillos. Una vez dentro, causaron enormes desperfectos y pintaron en la pared una bandera británica, la antigua colonia.

La Policía les dejó ocupar la Cámara durante tres horas, pero después, cientos de agentes fueron tomando posiciones alrededor del Legislativo, con lo que parte de los manifestantes optó por desalojar para evitar las consecuencias. No así los más tenaces, contra los que los efectivos policiales hubieron de emplear todo su material antidisturbios.

Numerosos agentes avanzaron hacia la zona ondeando una bandera negra, lo que significa amenaza de gas lacrimógeno. El resto de manifestantes fueron desplazados a la fuerza y usando este método, lo que dejó decenas de heridos en el desalojo de las zonas adyacentes. El hospital de Hong Kong hizo público un comunicado en el que declaró haber atendido a 38 hombres y 16 mujeres, dos de ellos en estado crítico.

Las protestas estaban planeadas desde hace varios días; de hecho, miles de manifestantes se prepararon durante la noche para estar a punto a primera hora de la mañana.

Sus exigencias son conocidas: la retirada del proyecto de ley de extradición a China, la dimisión de la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, y la puesta en libertad de todos los detenidos en los violentos enfrentamientos del mes pasado.

La multitudinaria manifestación obligó a trasladar la ceremonia de izado de bandera desde el paseo marítimo de Wan Chai al interior del Centro de Convenciones y Exposiciones, aunque las autoridades aseguraron que fue "debido al mal tiempo". Y en el momento en que Lam comenzó su discurso, de solo seis minutos de duración, la legisladora prodemócrata Helena Wong comenzó a increparla repetidamente exigiéndole la dimisión, ante lo que los guardias de seguridad se la llevaron del lugar a rastras.

La de ayer fue la primera aparición pública de Lam desde que se disculpó el pasado 18 de junio por la crisis desatada con el polémico proyecto de ley de extradición, que ahora se encuentra suspendido.

A escasa distancia, en la zona de Admiralty, en el centro, cerca de mil manifestantes, provistos con chubasqueros para la lluvia y cascos amarillos, bloquearon una gran avenida, por lo que los policías procedieron a dispersarlos con porras y gas lacrimógeno.

Las autoridades negociaron con el coordinador del Frente Civil de Derechos Humanos, Jimmy Shan, para permitir a los manifestantes llegar hasta la céntrica zona de Wan Chai, pero no hasta Admiralty, donde se hallan tanto la sede del Gobierno como la del Legislativo.

Caso omiso: los participantes de la protesta insistieron en llegar hasta Admiralty, y en pocas horas se concentraron más de 10.000 en las cercanías de la sede parlamentaria. Tras varias horas de concentración y sin presencia policial, los manifestantes procedieron al derribo de la entrada al Parlamento.