La cumbre del G20 de Osaka (Japón) arrancó ayer con los focos más puestos en los encuentros que se celebran en sus márgenes que en los debates plenarios. Frenar la guerra comercial entre EE UU y China, así como todos los impulsos proteccionistas que poner en peligro el libre comercio, es el objetivo declarado de la reunión. De ahí que hoy, sábado, los focos estén puestos en la reunión entre los presidentes de EE UU, Donald Trump, y China, Xi Jinping. Pero ayer las estrellas fueron Trump y el líder del Kremlin, Vladimir Putin.

Putin no renunció a una costumbre muy extendida entre los líderes mundiales. Calentar su llegada con unas declaraciones potentes. El vehículo escogido fue una entrevista con el diario "Financial Times". El blanco, las democracias europeas. El arma, las políticas migratorias. Toda una señal de que la reunión con Putin estaba destinada a discurrir por paisajes placenteros.

Para Putin, las ideas "progresistas" de las democracias europeas, en particular en inmigración, pero no sólo, "están muertas" porque "entran en conflicto con los intereses de la inmensa mayoría de la población". Los progresistas, añadió el presidente ruso, "ya no pueden seguir ordenando a la gente lo que tiene que hacer, como han intentado en las últimas décadas".

Sentadas las coordenadas del terreno de juego -Trump está inmerso en una durísima batalla migratoria en la frontera de México-, el partido se desarrolló con cordialidad. Justo antes de iniciarse la reunión, una periodista preguntó a Trump si planeaba pedir a Putin que no intente influir en el resultado de las presidenciales de 2020, como, según la inteligencia de EE UU, hizo en las de 2016, perjudicando a la rival demócrata del actual presidente, Hillary Clinton.

"Sí, por supuesto", contestó Trump y, acto seguido, se giró hacia Putin, aunque sin sostenerle la mirada, y dijo con tono bromista: "No se meta en las elecciones, presidente". A continuación, le apuntó con el dedo índice de la mano derecha y, siempre con una sonrisa, repitió la advertencia: "No se meta en las elecciones". Putin y Trump no se reunían desde la cumbre de Helsinki de hace un año. Ayer, la previsión era que hablaran de comercio internacional, de desarme nuclear, de Irán y de Venezuela.