El Consejo Fiscal brasileño anunció ayer la apertura de una investigación sobre el intercambio de mensajes entre los fiscales que instruyeron el caso de corrupción "Lava Jato" y el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, en el proceso que acabó en la condena del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva a una pena de nueve años y seis meses de cárcel. Lula fue condenado por Moro al considerar este probado que recibió un "tríplex" a cambio de favorecer a la constructora OAS con contratos relacionados con la petrolera estatal Petrobras.

La investigación del Consejo Nacional del Ministerio Público de Brasil se basará en las conversaciones entre Moro y el fiscal principal de "Lava Jato" publicadas el domingo por la web "The Intercept Brasil".

Según las grabaciones difundidas por ese medio digital, Moro orientó a través de mensajes en Telegram al fiscal durante su investigación, lo que está prohibido en el Código Penal brasileño. El entonces magistrado también sugirió al fiscal cambiar el orden de las fases de la operación "Lava Jato" y dio consejos y pistas a los demás fiscales encargados del caso.

El Consejo Federal del Orden de Abogados expresó su perplejidad por el asunto en una nota en la que pidió que los involucrados renuncien a los cargos públicos que ocupan para que no haya sospechas sobre la conducción de las investigaciones,

"No se puede ignorar la gravedad de los hechos, lo que exige una investigación plena, imparcial e independiente, ya que están involucrados miembros del Ministerio Público Federal, un exmiembro del Poder Judicial y hay una posible relación de promiscuidad en la conducción de acciones penales en el ámbito de la operación 'Lava Jato'", reza el escrito.

El presidente Bolsonaro dio ayer un claro respaldo a su ministro de Justicia, aunque sin pronunciar palabra. Recibió a Moro en una reunión privada en su residencia oficial y luego juntos embarcaron en una lancha para atravesar el lago Paranoá de Brasilia y asistir a una ceremonia en la que el Ministro fue condecorado.

Por su parte, Lula, que está encarcelado desde abril de 2018 dijo estar "sorprendido" por la rapidez con la que la "verdad" ha salido a la luz, según relataron sus abogados. Lula habría mostrado igualmente su extrañeza "por el elevado grado de promiscuidad en los diálogos entre quien juzga y quien acusa". La defensa anunció que utilizará las conversaciones para pedir la nulidad del proceso.