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Una legislatura de 50 días

La incapacidad de Netanyahu para armar un gobierno aboca a unas nuevas elecciones

El choque por el proyecto de ley que obligará a los judíos ultraortodoxos a hacer el servicio militar debilita la imagen negociadora del primer ministro israelí

Netanyahu, ayer, en rueda de prensa en Jerusalén. // Efe

Israel tendrá que volver a las urnas el próximo 17 de septiembre, después de que el miércoles a medianoche el primer ministro en funciones, Benjamin Netanyahu, admitiera su incapacidad para formar Gobierno. Se trata de una situación sin precedentes en la historia del Estado de Israel, que, por otra parte, debilita la imagen negociadora del líder del partido conservador Likud.

La causa que impidió a Netanyahu armar un Ejecutivo de coalición fue el enfrentamiento entre el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, del partido ultraderechista Israel Nuestro Hogar, y los grupos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá a propósito del proyecto de ley de reclutamiento obligatorio de los judíos ultraortodoxos, que Lieberman se negó a modificar.

Cincuenta días después de haber pronunciado un discurso triunfal, tras los comicios del 9 de abril, Netanyahu tuvo que aceptar su derrota y votó, junto con otros 73 parlamentarios, a favor de la disolución del Parlamento que menos ha durado en la historia israelí. Con ello el Likud de Netanyahu logró evitar que se asignase la formación de una coalición de gobierno a otro parlamentario, algo que podría haber amenazado la continuidad de "Bibi" al frente del Gobierno, en el que lleva una década.

No se esperan muchos cambios en la voluntad de los electores de aquí al 17 de septiembre, pero en todo caso será un largo trecho para Netanyahu, obligado a mostrar una imagen de solidez que ha quedado en entredicho tras uno de los mayores fracasos de su vida política. Por otra parte, el reloj corre en contra del líder conservador, que necesita cuanto antes una reforma judicial que le garantice inmunidad frente a la investigación por corrupción que lo amenaza.

Los analistas consideran que el general Benny Gantz, líder del partido Azul y Blanco, que obtuvo la misma cantidad de escaños que el Likud, será de nuevo el principal opositor de Netanyahu. Esta vez, sin embargo, Gantz se enfrentará a la campaña con más experiencia y con un partido que ya no se considerará una alianza de último momento, sino una formación más consolidada.

En ese escenario, el Likud ya selló esta semana una alianza con el partido de centroderecha Kulanu, liderado por el exministro Moshe Kahlon. En el campo de los laboristas, con pésimos resultados en abril, se estima muy probable un pacto con el izquierdista Meretz, que en abril tuvo problemas para a alcanzar el umbral de acceso al Parlamento.

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