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La crisis política que bloquea al Reino Unido

May intenta salvar el pacto del "Brexit" en la tercera votación tras dos severas derrotas

La UE acepta que someta al escrutinio del Parlamento solo el acuerdo de salida y no la declaración política sobre la relación futura

May intenta salvar el pacto del "Brexit" en la tercera votación tras dos severas derrotas

El presidente del Parlamento británico, John Bercow, aceptó ayer que el Gobierno de Theresa May someta hoy a votación por tercera vez el acuerdo del "Brexit". El nuevo intento de aprobación, tras las dos severas derrotas cosechadas en enero y marzo, pasó la criba del "speaker" de los Comunes gracias a que May pide esta vez que los diputados se pronuncien sólo sobre el acuerdo de salida, y no sobre la declaración política que sienta las bases de la relación futura que lo acompaña.

Bercow interpreta que la Cámara vota así una moción distinta, exigencia cuyo cumplimiento era condición sine qua non para una tercera votación.

Tampoco la UE pone pegas a que los Comunes voten hoy solamente el acuerdo de salida. No en vano en las conclusiones de la cumbre de la semana pasada se retrasaba el "Brexit" hasta el 22 de mayo a condición de que los términos del divorcio fueran aprobados por la Cámara esta semana, y no se mencionaba la declaración política.

May intenta salvar a la desesperada el pacto que rubricó con Bruselas tras dos años de negociaciones y cuyo bloqueo por el Parlamento tiene en vilo al país. Como en las dos ocasiones anteriores, la "premier" no cuenta ni con las más mínimas garantías de respaldo. De perder la votación, el país saldría de la UE por las bravas el próximo 12 de abril.

El tratado de salida que se votará hoy (29 de marzo, el día señalado desde el principio para el divorcio) incluye los aspectos más polémicos de la denostada negociación con Bruselas. Sobremanera, el mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera terrestre en la isla de Irlanda.

El llamado "backstop" es la razón del inamovible rechazo al acuerdo del partido norirlandés DUP, cuyos diez diputados sostienen el Gobierno de May en el Parlamento, y que siguen en sus trece. La líder unionista, Arlene Foster, ya avanzó ayer que los parlamentarios de su formación votarán de nuevo en contra del plan de salida de May. Y dijo más: la abstención "nunca ha sido una opción".

La abstención del DUP es la exigencia que hacen entre líneas destacados euroescépticos "tories" como el exministro Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg para, por esta vez, aceptar lo negociado por May; y sólo a condición de que la primera ministra dimita, tal como ofreció el miércoles si su plan es aprobado.

Esa oferta de renuncia fue bien recibida por Johnson y Rees-Mogg, pero hay un núcleo duro de "tories" a los que ni con ésas.

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