El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó este jueves con ordenar a sus militares que "cierren" la frontera con México si no se detiene la "arremetida" de inmigrantes centroamericanos que llegan a Estados Unidos, mientras una caravana con cientos de hondureños proseguía su camino hacia el norte.

Trump, que este martes advirtió a Honduras, Guatemala y El Salvador de que les cortaría la ayuda económica si no frenan el avance de la caravana ni evitan, en general, que sus ciudadanos emigren hacia el norte, avisó hoy de que él mismo podría tomar medidas extremas para asegurar la frontera sur de EE.UU.

"Debo, en los términos más enérgicos, pedir a México que detenga esta arremetida (de inmigrantes), y si no pueden hacerlo, llamaré a los militares de EE.UU. y cerraré nuestra frontera sur!", afirmó Trump en su cuenta de Twitter.

La Casa Blanca evitó dar más detalles sobre la amenaza de Trump y no explicó cómo podría "cerrarse" militarmente una frontera de más de 3.200 kilómetros, que incluyen parte del Río Bravo.

El mandatario ya ordenó el pasado abril el despliegue en la frontera de la Guardia Nacional -un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas- como respuesta a las noticias sobre otra caravana de migrantes, que en ese caso inició su recorrido en el sur de México.

En agosto pasado, el Pentágono confirmó que alrededor de 2.200 miembros de la Guardia Nacional seguían desplegados en los estados fronterizos, la mayoría en Texas.

El secretario de Defensa, James Mattis, autorizó ese mismo mes la presencia de hasta 4.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera durante un año más, hasta septiembre de 2019, lo que abre la puerta a ampliar el contingente de militares en esos estados.

En sus tuits de este jueves, Trump no precisó qué rama de las Fuerzas Armadas quiere utilizar para reforzar el límite, pero en cualquier caso las labores de esos militares estarían legalmente restringidas.

Una ley estadounidense de 1878 prohíbe usar a los soldados para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional.

Por eso, los miembros de la Guardia Nacional desplegados desde abril en la frontera no han podido dedicarse a detener inmigrantes indocumentados, y su misión ha estado en cambio centrada en asesorar a los agentes fronterizos y apoyarles en sus operaciones aéreas, así como en labores mecánicas, como la reparación de vehículos.

Cuando Trump anunció en abril el envío de la Guardia Nacional, la Cancillería mexicana avisó de que si esa medida "se tradujera en una militarización de la frontera, ello dañaría gravemente la relación bilateral".

Pero el presidente insinuó este jueves que no le importa que ese previsible aumento de la tensión bilateral afecte a las opciones de ratificación del recién alcanzado Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, o USMCA, en inglés), tras la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

"El asalto a nuestra frontera sur, incluidos los elementos criminales y las drogas que entran, es mucho más importante para mí, como presidente, que el comercio o el USMCA. Espero que México detenga esta arremetida en su frontera norte", indicó en Twitter.

Ambos temas saldrán con seguridad a relucir en las reuniones que mantendrá este viernes en México el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien se verá, entre otros, con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Trump reiteró este jueves, además, su amenaza de cortar fondos de ayuda al Gobierno hondureño "de inmediato" si no pone fin a la caravana de personas que se dirige a EE.UU. huyendo de la violencia y la pobreza en su país.

El mandatario aseguró el martes que también pondría fin a las partidas de cooperación que reciben Guatemala y El Salvador "si permiten que sus ciudadanos, u otros, viajen a través de sus fronteras y lleguen a Estados Unidos, con la intención de ingresar a EE.UU. de manera ilegal".

"Detendríamos todos los pagos a estos países, que parecen no tener casi control sobre su población", insistió hoy Trump.