Los únicos sobresaltos de la campaña para Emmanuel Macron han sido las acusaciones de nepotismo contra el ministro de Cohesión territorial y secretario general de la República en Marcha (REM), Richard Ferrand, y la investigación preliminar abierta contra el partido aliado centrista MoDem. Pero se trata de sospechas y salpicaduras que no han llegado a hacer mella en las expectativas de triunfo del presidente y su flamante partido.

Contra Ferrand no hay, por el momento, una investigación formal en curso, pero, de abrirse, el ministro debería abandonar el Ejecutivo. Lo dijo este mismo viernes el primer ministro, Edouard Philippe: "Un ministro que sea puesto bajo investigación formal dimite, eso es todo".

Entre tanto, la Fiscalía de París investiga desde ese mismo día a MoDem por sospechas de abuso de confianza y ocultación al usar a asistentes parlamentarios europeos para trabajar en el partido y no en la Eurocámara.

Un caso que remite de forma inequívoca al que afecta también al ultraderechista Frente Nacional, por el que está siendo investigada su líder, Marine Le Pen.

El MoDem es la agrupación que lidera el actual ministro de Justicia, François Bayrou, que retiró su propia candidatura presidencial semanas antes de las elecciones para dar su apoyo a Macron. La oposición, encabezada por Los Republicanos, ya ha pedido su cabeza.