Altos dirigentes republicanos mostraron ayer su malestar profundo ante el indulto concedido el martes por el presidente saliente, Barack Obama, a la exsoldado Chelsea Manning, quien filtró cientos de miles de documentos secretos a Wikileaks en 2010, mientras era analista de inteligencia militar y convirtió al portal, hasta entonces casi desconocido, en toda una referencia mundial.

Manning, que entonces tenía 22 años y se llamaba Bradley -pues cambió de sexo cuando ya se encontraba encarcelada en Kansas-, estaba condenada a 35 años de cárcel desde 2013, pero quedará en libertad el 17 de mayo tras pasar siete años en prisión.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, juzgó de "intolerable" el indulto y aseguró que establece "un precedente peligroso". "Es sencillamente intolerable. La traición de Chelsea Manning puso en peligro vidas estadounidenses y dejó al descubierto algunos de los secretos más sensibles de nuestra nación", escribió Ryan en Twitter. "El presidente Obama establece un precedente peligroso, que quienes ponen en peligro nuestra seguridad nacional no rendirán cuentas por sus delitos", añadió la tercera autoridad de EE UU.

Sin embargo, el indulto a Manning fue celebrado por dos relevantes figuras del mundo de las filtraciones: el fundador de Wikileaks, Julian Assange, y el exanalista de la NSA y la CIA Edward Snowden, quien en 2013 destapó los megaprogramas de espionaje puestos en práctica en los últimos años por la Inteligencia de EE UU.Precisamente, Snowden, que se encuentra asilado en Rusia, recibió ayer la buena noticia de que Moscú ha prorrogado hasta 2020 su permiso de residencia. Snowden podrá solicitar la nacionalidad rusa en 2018, pues para entonces ya llevará residiendo en el país los cinco años que exigen las leyes locales.