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"Es algo que nos podíamos imaginar, pero hasta que no pasa no te lo crees"

Diana Mandiá. // D. M.

A unos 500 metros de la estación de metro atacada, en la Rue de la Loi, está la Fundación Galicia Europa, un organismo de la Xunta que trata de propiciar el acercamiento entre la comunidad y la Unión Europea. En ella trabajan unos diez gallegos, que también sortearon la tragedia. Algunos de ellos, vivieron ayer los acontecimientos desde la oficina pero, a pesar de la cercanía, se enteraron por internet. Así lo cuenta Diana Mandiá, una periodista de Valadouro -en la Mariña lucense- que disfruta allí de una beca de dos meses. Entre la gente de la fundación han comprobado que no hay ningún afectado directo. Tampoco entre los organismos similares de otras comunidades autónomas, con los que comparten espacio

"Me enteré de lo del aeropuerto al llegar al trabajo, a las 8.30, y de lo de Maelbeek por las webs. A pesar de la cercanía, no sentimos la explosión". Por las ventanas podían ver a la gente pasar, pero si bajaban a la calle les recomendaban subir. "No sé cuándo vamos a poder salir", contaba por la mañana.

Diana tenía previsto salir el jueves de viaje por Bélgica. "Espero poder hacerlo, aunque voy concienciada de que la seguridad será más importante", señala.

Los trabajadores de la fundación ya se han habituado a las fuertes medidas de seguridad que se han implantado tras los ataques de París. "En Bruselas es muy evidente, ves a los militares armados en sitios con mucha gente", explica y añade: "estamos acostumbrados a verlos y lo entiendes, sabes por qué están". Sin embargo, "nunca" les afectó "más allá de que hay muchos controles".

Aunque la periodista lucense reconoce que la posibilidad de vivir un atentado en Bruselas es "algo que nos podíamos imaginar", resalta que "hasta que no pasa" uno no se lo cree.

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