El primer ministro italiano, el centroizquierdista Matteo Renzi (PD), vio como los suyos se imponían en las elecciones regionales celebradas el pasado domingo, pero también sufrió en propia carne el desgaste de casi año y medio de Gobierno. Los de Renzi ganaron en cinco de las siete regiones en juego, pero perdieron su bastión de Liguria y, sobre todo, se quedaron en un 23% del voto popular que, aunque las citas no son comparables, dista del 40% obtenido hace un año en las europeas.

Las elecciones han determinado además un triunfo para el Movimiento 5 Estrellas (M5S), la formación del cómico Beppe Grillo, que en tres regiones ha superado el 25% de los votos y se ha convertido en el primer partido. También tiene mucho que celebrar la Liga Norte, que no sólo ha retenido en sus filas la gobernación del Véneto, sino que además ha superado al grupo conservador Forza Italia, del expremier Silvio Berlusconi.

"Estas elecciones regionales tienen un valor nacional y los números nos dicen que tenemos la obligación y el deber de desafiar a Renzi, y le podemos ganar", aseguró el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. Salvini subrayó cómo en algunos casos la Liga Norte "triplica o cuadruplica su presencia" y puso el ejemplo del 16% conseguido en Toscana, cuya capital es Florencia.

El centro izquierda se confirmó el domingo como primera fuerza política en Umbria, Las Marcas, Apulia, Toscana y Campania. Los gubernamentales controlaban desde 1994 Liguria, donde ahora se ha impuesto uno de los hombres de confianza de Berlusconi, Giovanni Toti, con el 34,5% de los votos, mientras que la candidata del PD, Raffaella Paita, obtuvo el 27,8%. De todos modos, está por ver si Toti logra gobernar ya que no cuenta con mayoría absoluta y el otro candidato de la izquierda ha sumado el 9% de los votos. Además, aunque Berlusconi puede considerarse satisfecho por los resultados en Liguria, su partido sigue perdiendo votos y se sitúa en el 10%.

Para compensar la pérdida de Liguria, el PD ha recuperado Campania, donde Vicenzo de Luca, con el 41% de los votos, se ha impuesto al gobernador saliente del centro derecha, Stefano Caldoro, con el 38,4%. Una victoria que ha tenido que pasar por encima de la condición de "impresentable" que, por supuestas vinculaciones mafiosas, se había asignado a De Luca y que Renzi atribuyó en todo momento a ajustes internos de cuentas dentro del Partido Democrático.

En Apulia, la victoria fue para el candidato del centro izquierda Michele Emiliano con el 48%, y muy lejos quedó Francesco Schittulli, apoyado por disidentes de Forza Italia, con un 18% de los votos.

En Toscana se impuso el actual presidente y candidato del PD, Enrico Rossi con un 48%, y se confirmó la gobernadora saliente de Umbria, Catiuscia Marini, con el 42,8 %. En Las Marcas, el candidato del centro izquierda Luca Ceriscioli se impuso con el 41,1%, seguido por el M5S, cuyo candidato, Giovani Maggi, obtuvo el 21%.

Otro dato a tener en cuenta en estas regionales ha sido el aumento de la abstención, pues sólo votó el 52% de los 22 millones de electores llamados a las urnas, once puntos porcentuales menos que en el año 2010.