Tres ciudadanos italianos fueron detenidos ayer en Bruselas en el marco de la investigación sobre una presunto caso de corrupción de funcionarios europeos, informó la agencia de noticias Belga. Los tres han sido acusados de falsificación de documentos y uso de los mismos, corrupción, estafa y asociación de malhechores.

Por su parte, la Comisión Europea se presentó como una "víctima" de la trama de corrupción que ha salpicado a esta institución y rechazó que pueda compararse con el caso de fraude que llevó a la caída en 1999 del ejecutivo comunitario que presidía Jacques Santer. El portavoz jefe de la Comisión Europea, Johannes Laitenberger, confirmó en rueda de prensa que entre los tres detenidos por orden de la Fiscalía belga se encuentra uno de sus funcionarios, aunque eludió dar detalles sobre su identidad.

Se trata de un italiano de 46 años, que ha sido arrestado por orden de la fiscalía de Bruselas junto al asistente de un eurodiputado, de 60 años, y de un promotor inmobiliario, de 39, todos ellos de la misma nacionalidad, por supuesta corrupción en la licitación de sedes de la Comisión.

Tanto el Parlamento Europeo como el Ejecutivo de la UE han mostrado su total disposición a colaborar con las investigaciones.

La Comisión ha puesto el caso en manos de la Oficina de Lucha Antifraude (OLAF) y se plantea constituirse como parte de la acusación cuando concluyan las investigaciones de este organismo y de las autoridades nacionales.

Según su portavoz, la Comisión demuestra así "política de tolerancia cero y absoluto rigor frente al fraude", aunque siempre "respetando la presunción de inocencia".