El defensa Marcos Rojo es en estos momentos una celebridad en Argentina. Todo el país le tiene como un héroe por haber hecho, casi sobre la bocina, el gol que salva a la albiceleste de la quema y la clasifica para los octavos de final eliminando a Nigeria. Es un héroe inesperado que vio puerta en un equipo que en esos momentos tenía sobre el campo a atacantes de prestigio internacional como Higuaín, Agüero, Meza, Pavón, el pasador Banega y por supuesto Leo Messi. El mejor jugador del mundo adelantó a los argentinos con un golazo marca de la casa, pero el empate de Nigeria dejó todo a expensas de que volviese a aparecer para ser el que cargase con la responsabilidad de rescatar a su país. Al final fue Rojo, un central que se puede desempeñar como lateral izquierdo, que no suele brillar, el que anotó de volea con su pierda derecha, pese a ser zurdo cerrado, el gol que mantiene a Argentina en Rusia.

Messi aseguró que había sido muy bonito que el gol decisivo lo anotase un defensa al que, aunque lleva cuatro temporadas en el Manchester United, se le está quedando grande la camiseta de los Red Devils. A ello hay que sumar que esta temporada apenas jugó partidos al sufrir una rotura de ligamentos. Se recuperó para entrar en la lista de convocados de Jorge Sampaoli unos días antes de la decisión del seleccionador. Sus comienzos como central en la Copa del Mundo estuvieron a la altura del resto de sus compañeros, con dos encuentros iniciales muy mediocres. Sin embargo, los usuarios argentinos de redes sociales se cebaron con Rojo. Una cesión fallida a Willy Caballero en el debut contra Islandia casi acaba en gol en contra y ahí comenzaron las risas para los aficionados de la albiceleste. En el gol del Kun Agüero en el mismo partido Rojo trató de tirar a gol. Su mala puntería acabó convirtiendo el disparo en una cesión al atacante del Manchester City. Sin embargo, desde ayer se acabaron los memes y las risas con el zaguero; ahora es el ídolo de un país.

Y eso que todas las quinielas aseguraban que sería Gabriel Mercado el central que acompañaría a Otamendi en el centro de la zaga. Sampaoli le volvió a dar una oportunidad a Rojo tras dejarlo fuera del campo contra Croacia y respondió con creces. Tanto que hasta su madre salió hablando en platós de la televisión de su país asegurando que no se creía que fuese su hijo el autor del gol. La madre lo vio con Messi subido encima de su espalda y agradeciéndole que le dejase continuar en la lucha por el cetro mundial.

Rojo, que aguanta bien el esférico y suele optar por salir con pases cortos desde atrás, tiene varios puntos débiles en defensa con errores debido a faltas de concentración en momentos puntuales. Es un central que no especula a la hora de ir al corte con contundencia y que en Europa ofreció su mejor versión en el Sporting de Portugal, entidad con la que jugó dos temporadas entre 2012 y 2014.

Nacido en la Plata, "Marquitos" salió de la cantera de Estudiantes y debutó con la primera plantilla en 2008. Incluso llegó a jugar contra el FC Barcelona de Guardiola en la final del Mundial de Clubes. Coincidió en un gran Estudiantes que se proclamó campeón de Copa Libertadores y ganó un campeonato nacional. Con solo 20 años dio el salto a Rusia. Tras dos temporadas como titular con el Spartak de Moscú, fichó por el Sporting luso, en donde rindió a un nivel notable que le permitió llegar al Manchester United en 2014. Desde entonces su participación en el once titular ha sido irregular pero suma a su palmarés una Europa League, una FA Cup y una Copa de la Liga. Apenas ha anotado 14 goles en toda su carrera como profesional, lo que da una idea de la trascendencia de su tanto contra Nigeria.

Con su selección, Marcos Rojo fue titular en la mayoría de partidos del Mundial de Brasil 2014, cuando Argentina fue subcampeona. También fue un fijo en las plantillas que quedaron segundas en las Copas América de 2015 y 2016. Seguramente en Rusia no vuelva a ocupar portadas de periódicos, pero ya nadie le quitará su cuarto de hora de fama.