El escándalo pesquero destapado por WikiLeaks esta semana sigue generando consecuencias en Namibia. La dimisión del ministro de Pesca del país, Bernhard Esau, tras ser acusado de recibir sobornos a cambio de posibilidades de pesca (hay grabaciones en vídeo es las que sale aceptando dinero) para una empresa islandesa ha levantado todo tipo de sospechas sobre su gestión. Tanto es así que partidos y sindicatos namibios están reclamando que se suspenda el reparto de derechos de pesca que dependía de Esau y por el que esperan desde el año pasado las pesqueras gallegas que operan en el país con una flota de más de 40 buques.

En medio de la preocupación generalizada entre los armadores gallegos, el diario local The Namibian, que investigó y escribió sobre los documentos de WikiLeaks, publicaba ayer que la sección juvenil del partido del Gobierno, el Swapo (al que pertenece Esau), ha solicitado la cancelación del proceso de asignación de derechos de pesca.

La Swapo Party Youth League (SPYL) pide también que el presidente, Hage Geingob, promueva la creación de una comisión para investigar "las presuntas actividades corruptas asociadas con la asignación de cuotas de pesca".

Mientras, el diario New Era recoge declaraciones de personas de relevancia en el país que apuestan por ver con lupa el trabajo realizado por Esau, que pretendía publicar la resolución del reparto antes del próximo abril (tras una serie de retrasos que desesperaron a la industria gallega).

Así, citan por ejemplo al activista Knowledge Ipinge, candidato independiente por Walvis Bay que entiende que "se debe designar una compañía independiente para investigar la veracidad de la información presentada por todos los solicitantes de los derechos de pesca". Yendo más allá, entiende que "debería ser una prioridad principal para el Gobierno" el realizar una investigación sobre el asunto.

Otro de los consultados fue el sindicalista Fillipus George Ampweya, que opina que los hechos hacen que "todo este proceso sea poco fiable" y que "independientemente de quién se beneficie o no, seguirá habiendo mucho escepticismo". Su homólogo Paulus Hango, mientras, recuerda también que "el dinero ha estado saliendo del país antes de Esau".