FARO publicó ayer que en una reunión mantenida el jueves en Vigo entre representantes de 2.200 bateas gallegas y la patronal conservera se fraguó un frente común para tratar de frenar al Consello Regulador Mexillón de Galicia, incluso demandando a la Consellería do Mar que intervenga dicho órgano, presidido por Francisco Alcalde.

Frente a esto, el Consello acusa a la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco) de "presionar a sus asociados" y advierte de que la Xunta puede "cometer prevaricación". En definitiva, que mantiene su postura de fuerza a pesar de representar a una minoría del sector bateeiro y, dicho de otro modo, tener a la inmensa mayoría del mismo en contra.

Lo que hace el Consello es defender la aplicación de una Denominación de Origen Protegida (DOP) que no ha llegado a consolidarse a pesar de los años transcurridos y que limita la utilización de la "marca Galicia" en el etiquetado de las latas de conserva.

Lo que sucede es que Mexillón de Galicia se aferra a una reciente sentencia de la Audiencia que le da la razón, pero se olvida de que hay otras anteriores, y de mayor rango, que se la quitan. Baste recordar los fallos del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y del Supremo avalan la tesis de la industria conservera y tumban el reglamento de esa DOP porque se elaboró, precisamente, sin tener en cuenta al sector transformador.

Pero para defenderse de la presión que empieza a recibir por parte de los mejilloneros y las propias conserveras gallegas, ya que unos y otros temen no poder trabajar con mejillón autóctono, el Consello Regulador se posiciona en relación con lo explicado ayer por FARO diciendo que no va a prohibir usar el nombre de Galicia en las latas, sino que "es la normativa europea la que lo prohíbe".

Basándose en la sentencia de la Audiencia de Pontevedra, que prohíbe el uso de términos o menciones como "de las Rías Gallegas", "elaborado en Galicia" o "envasado en Galicia" cuando se trate de producto sin DOP, el equipo de Francisco Alcalde insiste en que esta marca ampara tanto al molusco de fresco como al transformado, lo cual niegan otras sentencias, la Administración y los conserveros.