Ernesto Mallo
Siruela, 250 páginas
Esta historia sucede en calles calientes, húmedas y oscuras, propicias para criminales y sicarios, tanto privados como a sueldo del Estado. La ciudad (Buenos Aires, pero podría ser cualquier otra) duerme intranquila, respira como una fiera peligrosa que no conviene despertar. Hay un clima de rencor concentrado, de deseos de venganza, una danza de malos espíritus que se ocultan entre las sombras. Siluetas furtivas que espían desde sus escondrijos con ojos fosforescentes. Seres dispuestos a matar por una chaqueta o un reloj, por cualquier botín que permita reducir el hambre constante.