Oxalis, la bonita flor invasora

Se siente muy cómoda y es por esto que su presencia está por todas partes. En pleno pico de floración, salpica el paisaje con sus intensos colores y, en Vigo, llama especialmente la atención la estampa idílica con la que ha vestido el suelo de Castrelos. Paseando por el parque de la ciudad, un bonito manto amarillo cubre actualmente zonas que hasta hace pocas semanas lucían traje verde, sin embargo, esa imagen bucólica esconde una trampa que lleva el nombre de Oxalis pescaprae.

Conocida comúnmente como vinagreta o pan de cuco, habiéndose ganado incluso la referencia de “chuchamel”, la Oxalis llegó hace décadas a Galicia procedente de Sudáfrica como planta herbácea ornamental y, al igual que todas las especies invasoras, hizo su entrada en la comunidad de la mano de ejemplares “vigorosos” y bonitos a la vista, se sintió a gusto en los suelos gallegos y en pocos años hizo gala de su gran capacidad de propagación, desplazando rápidamente a las especies nativas.

Catedrático de Botánica y responsable del laboratorio de Ecología y Evolución de plantas de la Universidad de Vigo, Luis Navarro cuenta que los investigadores ya llevan pendientes de la Oxalis desde hace más de dos décadas, y es que según indica, “se adaptó muy bien a nuestro ecosistema y, aunque la estamos estudiando como invasora, presenta aspectos muy interesantes, ya que nos está sirviendo para analizar cómo evolucionan rápidamente algunos organismo, puesto que esta planta presenta precisamente una capacidad de evolución muy rápida”.

Ha logrado modificar en muy pocas generaciones su mecanismo de reproducción sexual para consolidar su propagación

En este sentido, Navarro hace referencia a su sistema de reproducción señalando que, originalmente, la Oxalis se dispersa mediante unos bulbillos cuando se producen movimientos de tierras o por el curso del agua. Los expertos denominan a este sistema de propagación como “reproducción asexual”, sin embargo, Luis Navarro matiza que este proceso biológico es bastante complejo para este “chuchamel”, ya que presenta tres formas florales distintas y para que se produzca su propagación es necesario que al menos coexistan dos de dichas formas. Y es este punto lo que ha fascinado a los investigadores, puesto que Luis Navarro asegura que “en toda el área invadida en Galicia, al menos hasta hace poco, tan solo hay constancia de una forma floral, pero la planta ha logrado modificar en muy pocas generaciones su mecanismo de reproducción sexual para consolidar su propagación, por lo que para nosotros además de una especie invasora resulta muy interesante estudiarla para conocer cómo se comportan los organismos de evolución rápida como la Oxalis pescaprae”.

La Xunta de Galicia incluye en su catálogo de flora exótica invasora a esta planta herbácea desde hace años y el responsable del Ecología y Evolución de plantas de la Universidad de Vigo apunta que, a la hora de acomodarse en la zona, la vinagreta coloniza el territorio creciendo por encima de las especies nativas, puesto que es más vigorosa y más rápida en su propagación, reduciendo así el espacio físico del resto de vegetación, lo que finalmente acaba provocando el desplazamiento definitivo de la flora autóctona.

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