Hace tiempo que la tecnología desempeña un papel clave en el sistema sanitario y aún lo será más ante los desafíos del envejecimiento de la sociedad y el aumento de la gravedad de las enfermedades. En colaboración con el Hospital Álvaro Cunqueiro, la Universidad de Vigo puso en marcha en el curso 2018/2019 el grado de Ingeniería Biomédica para formar profesionales con conocimientos en ingeniería industrial, informática y de telecomunicaciones que puedan ayudar a resolver los problemas de la medicina del siglo XXI. En menos de cuatro meses, una cuarta parte de la promoción –10– ya ha sido fichada por empresas, en su mayoría, gallegas. El Sergas, además, acaba de abrir por primera vez una lista de selección de personal estatutario temporal en esta categoría para incorporarlos a su sistema.
Los de colocación son datos que han podido recabar desde la Escuela de Ingeniería Industrial de la UVigo, donde advierten que hay que ser “prudentes” con las cifras de una primera promoción, sin referencias previas. “El nivel es bueno”, apunta el director de Industriales, Juan Pardo. De los 54 estudiantes que lo iniciaron, 39 de ellos lograron finalizarla curso por año el verano pasado. Un par de ellos cambiaron de titulación dentro de la misma escuela y el resto continúan con alguna materia pendiente.
Alrededor de una decena están contratados. En su mayoría, por empresas del sector biomédico de la comunidad. Por ejemplo, para el desarrollo de aplicaciones. Otros han encontrado un puesto en firmas que trabajan dentro de centros hospitalarios. Un estudiante fue fichado por una de Holanda, dedicada a implantes y biónica. Incluso hay alguno que está trabajando fuera del sector biomédico. “La formación es lo suficientemente sólida para ello”, sostiene el director de la escuela y añade: “La percepción que tenemos es buena”.
Los otros 29 que han finalizado el grado han decidido cursar estudios postgrado. “En esta primera promoción, se nota que son buenos estudiantes y tienen muchísimas ganas de aprender y son conscientes de que en el campo biomédico salir con una buena formación es esencial”, destaca Pardo. Algunos han apostado por el máster en Ingeniería Biomédica de la escuela viguesa, que se estrenó este curso. Otros se han desplazado a otras comunidades o al extranjero.
Mientras amplía sus estudios con el máster vigués, una de las graduadas de la primera promoción colabora con el Servicio de Neumología del Álvaro Cunqueiro. Lo hace gracias a un contrato con la Fundación Biomédica Galicia Sur para proyectos de innovación e investigación de ayuda al diagnóstico en enfermedades respiratorias, que se cubrió mediante concurso de méritos.
El Sergas tiene pensado sumar a estos profesionales a su red de centros. De ahí que el 25 de octubre publicara en el Diario Oficial de Galicia la apertura de listas de selección de personal estatutario temporal para ingenieros biomédicos. Indica que “incorporará a ingenieros biomédicos a las plazas que proceda con el fin de desarrollar, aplicar, mantener y gestionar tecnologías biomédicas en el sistema de salud”.
