La preferencia por el candidato “de la casa” es una de las principales deficiencias de la universidad española. Una práctica muy arraigada que deja sin oportunidades a muchos aspirantes con mejores currículos y, en consecuencia, perjudica a la calidad docente e investigadora de las instituciones. De ahí que reducir la endogamia sea uno de los objetivos prioritarios de la nueva ley de universidades, cuyo borrador aprobó el consejo de ministros en junio. Y que también se intente promover una mayor movilidad desde el Plan de Financiación 2022/26 de la Xunta, que repartirá menos fondos cuanto mayor sea su porcentaje.
La plantilla actual de la UVigo alcanza los 1.497 docentes y el 76,5% de ellos son doctores. La tasa de endogamia se mantiene estable desde hace varios años y en 2021, según los datos publicados por la misma institución, el 50,6% del Personal Docente e Investigador (PDI) con un doctorado había realizado la tesis en alguno de sus centros. En 2020, la media fue del 49,6% y en 2019, del 47,07%.
Las normativas de contratación de otros países europeos y anglosajones penalizan la falta de movilidad e incluyen periodos de prueba antes de otorgar un contrato de permanencia. En España, los concursos de plazas son públicos, pero no existen mecanismos claros que impidan la preferencia por los candidatos formados en la misma institución y el corporativismo acaba por imponerse en los tribunales.
En todo caso, también hay que tener en cuenta que muchos de los docentes e investigadores que realizaron su tesis en la misma universidad en la que trabajan realizaron estancias postdoctorales en otras instituciones españolas o extranjeras antes de poder regresar. Además, en el caso de la UVigo, las contrataciones se realizan dentro de un programa europeo de excelencia en los recursos humanos y existe una apuesta por las convocatorias justas y la transparencia en los programas dirigidos a fichar talentos internacionales o recuperar el formado en la institución.
La menos endogámica de Galicia
Vigo puede presumir además de ser la institución gallega con menor tasa de endogamia. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, referentes al curso 2020/21, la media de nuestra comunidad era del 69,7%, mientras que la nacional ascendía hasta un 73%. En Santiago, el 87% de sus docentes realizaron la tesis en la misma institución en la que trabajan actualmente y en A Coruña, el porcentaje es del 63,8%.
El ministerio también contabiliza el número de profesores que leyó su tesis en la misma comunidad autónoma en la que es docente. En el curso 2020/21, la media en la UVigo fue del 80,4% frente al 90,3% de Santiago y el 87,7% de la universidad herculina.
En el acuerdo alcanzado por las tres universidades gallegas y la Xunta el pasado febrero, la endogamia está incluida como uno de los 41 indicadores que se tienen en cuenta a la hora de repartir los fondos del Plan de Financiación. En dicho documento se reconoce que existe “un algo grado de preferencia” por contratar al personal formado en la institución contratante, a igual que en el resto de universidades españolas. Y explicita que este comportamiento evidencia el “escaso nivel de intercambio” de personal entre las distintas instituciones, tanto dentro de la comunidad como a nivel estatal.
