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Los “superabuelos” vigueses hablan de sexualidad y drogas con sus nietos

Mayores a cargo de menores potencian sus habilidades a través de un programa de Cruz Roja del que ya se han beneficiado casi 130 personas: “Nos da seguridad”

Una sesión del programa de Abuelos educadores, que se imparte en un aula de la sede de Cruz Roja.

“Ahora, soy mejor abuelo. Sé cómo enfocar temas de sexualidad, drogas o Internet con mis nietos, que eran tabú cuando mis hijos eran pequeños, y les hablo de eso abiertamente y con confianza”. Es el testimonio de José Blanco. Tiene 70 años y cuatro nietos de 18, 13, 8 y 2 años: Hugo, Nicolás, Mateo y Lucas. Participa en la Escuela de abuelos y abuelas educadoras de Cruz Roja, que, según reconoce a FARO, le permitió enfocar el cuidado de los menores desde una perspectiva actual. Acude a las clases con su mujer, Estrella Alonso, de 66 años. “Nos da mucha seguridad. Si nos lo hubieran ofrecido cuando empezamos a ser padres, nos habría servido de maravilla”, asegura ella. Ambos están encantados con esta experiencia gratuita para ellos, de la que se llevan amistades y un título de superabuelos. “Cruz Roja nos ha ayudado a abrir la mente, pero también el diálogo con compañeros: vemos las cosas de diferente forma y debatimos”, aseguran.

El objetivo del programa, como explica Cruz Roja, es proporcionar información y recursos a los abuelos para abordar situaciones que se presenten con sus nietos en el día a día. Está financiado por la Xunta de Galicia a través de fondos IRPF y se puso en marcha en el año 2016. Ya ha beneficiado a 129 personas en la ciudad olívica. Se basa en una metodología que fomenta la interacción. “Abordamos la diversidad sexual, la igualdad, que les preocupa mucho, los trastornos de la alimentación, el conflicto de lealtades, las nuevas tecnologías, la disciplina positiva, la importancia de que se cuiden para poder cuidar…”, indica Cristina Miranda, la responsable del proyecto para la asamblea comarcal de Vigo de Cruz Roja y encargada de impartir los talleres. Hasta ahora, han pasado abuelos de menos de 60 años y otros de más de 80.

Este programa persigue, además, ofrecer un soporte social a los abuelos que ejercen labores parentales, ya sea durante toda la jornada o una parte significativa, por medio de una acción preventiva frente al estrés que conlleva el cuidado y crianza de los nietos y los propios condicionantes de la edad. Por otra parte, se trata de poner en valor y actualizar las capacidades educativas de los abuelos en relación a su función educadora, lo que redundará directamente en el bienestar de los niños que están a su cargo. “Cuando les tocó cuidar de sus hijos, la realidad en la que vivían era distinta, no existían nuevas tecnologías ni redes sociales, por lo que vienen a actualizarse. Lo que más agradecen es compartir experiencias con otros abuelos, es un punto de encuentro”, reflexiona Miranda.

José Blanco da fe de ello. Una de sus motivaciones es ayudar a sus nietos a crecer de la mejor forma posible. Está maravillado con ellos, y se le nota en los ojos. “Nos dan vida. Puedo estar viendo fútbol que, si llegan, me levanto y me olvido del partido. Además, hacen que me mueva. Cuando llevo al pequeño a la guardería, que es un encanto, vamos charlando, contamos camiones y hablamos de qué color son…”, anota. Uno de los temas que más inquietud le genera es la sexualidad. “Para mí, participar en este programa fue un paso muy importante, un logro muy bueno. Les hablo de la menstruación, por ejemplo, con tranquilidad, sabiendo que voy por el buen camino”, añade. Reconoce que este tren de Cruz Roja le da la oportunidad de sentirse “realizado” y disfrutar más de los pequeños, algo que no pudo de joven todo lo que quiso: “Fui autónomo y me perdí la mejor etapa de mis hijos porque no tenía tiempo, estaba centrado en ganar dinero para ellos”.

Estrella Alonso acude a las sesiones del programa con su marido y su hermana Maruja. Empezaron a mediados de 2019. “Nos genera mucha seguridad a la hora de hablar de temas que siempre han sido considerados tabús, como la sexualidad. Ya no tengo tanto miedo a meter la pata. Conocemos la opinión de la profesora y de los compañeros, y eso nos permite tener diferentes puntos de vista”, apunta antes de destacar que, a su vez, este programa de Cruz Roja les da conocimientos para ayudar a los padres y liberarlos del estrés que pasan en las primeras etapas de los pequeños, que son “las más complicadas”. “También disfrutamos más de los niños”, apostilla.

Las escuelas de abuelos y abuelas educadoras constan de 10 sesiones de periodicidad semanal de una hora y media aproximadamente. En esta fase se reflexiona sobre el papel de los abuelos en la educación de los nietos y se tratan temas como técnicas de autocuidado y vida saludable, análisis de los distintos modelos educativos, técnicas de resolución de conflictos, habilidades de comunicación, nuevas tecnologías o acoso escolar. En una segunda fase, los participantes en pueden beneficiarse de un grupo de ayuda mutua en el que escogen temas sobre los que quieren profundizar más u otros nuevos que les parecen interesantes. De manera paralela a estas dos fases, los técnicos responsables del programa realizan entrevistas personalizadas para ofrecer un apoyo adaptado a las necesidades concretas de cada familia.

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